Mueren cinco jóvenes al chocar con un mulo
Los fallecidos iban desde su pueblo, Luque, hasta Cabra a disfrutar de una noche de ocio
Cinco jóvenes de Luque (Córdoba), con edades comprendidas entre los 19 y los 21 años, fallecieron a las 0.15 de ayer al colisionar el BMW en el que se iban de marcha a la vecina Cabra contra un mulo pardo que estaba parado en una recta de la A-318. Posteriormente, colisionaron contra una canalización de hormigón de la cuneta. El impacto fue tan brutal que el motor del vehículo se empotró en el maletero. Luque vivió ayer una jornada de duelo y llantos por la muerte de los jóvenes, todos muy conocidos en el pueblo. La Guardia Civil trata de localizar al dueño del animal.
Luque es un pueblo de 3.000 habitantes enclavado en el Parque Natural de la Subbética. Rodeado de montañas, la carretera serpentea de curvas. El accidente se produjo en un tramo recto, donde la velocidad está limitada a 70 kilómetros por hora. Los jóvenes arrollaron al mulo, de color pardo y que estaba parado en la carretera, sobre las 0.15 de ayer. Tras chocar contra el animal, el BMW, conducido por Antonio, de 21 años y al que llamaban Cañete por su apellido, se empotró contra una estructura de canalización de hormigón de la cuneta. A Cañete le acompañaban Sergio Marzo, de 19 años; Sergio Barrio, de 20 años, Francisco Jesús Jurado, de 19 años, y Cristina Ortiz, de 19 años. Tres de ellos murieron en el acto y dos perecieron ya en el hospital Infanta Margarita de Cabra.
Ayer todo eran lamentos en Luque por la muerte de los cinco jóvenes y nadie quería incidir en que no es la primera vez que los vecinos de la localidad han tenido que sortear animales domésticos parados en la A-318. Llamadas a la Policía Local lo atestiguan, como confirma el alcalde, Telesforo Flores. Pero éste prefería ayer apoyar a la familia y conminar a la Guardia Civil, que lleva las diligencias, a que esclarezca la posible responsabilidad del dueño del mulo, procedente de una finca sin alambrar. Fuentes de este cuerpo explicaron ayer que estaban tratando de localizar al dueño del animal, que estaba en una zona de pastoreo y que tenía las patas trabadas.
Patricia, de 20 años, estudió con Sergio Marzo, al que apodaban Tequio, y ayer le caían las lágrimas en el pecho mientas explicaba que su amigo estudiaba Empresariales en Córdoba. Allí vivía en un piso con Francisco Jesús, al que llamaban Bizcocho, quien quería poner en marcha su propia empresa. Patricia recuerda que incluso se peleó con su amiga Manoli por Tequio, que habría cumplido 20 años el próximo domingo y que hace dos meses perdió a un tío suyo en otro accidente de tráfico. Él y el resto de sus amigos que iban en el coche eran el centro de atención de las chicas en el pueblo. Patricia y Manolo rompían a llorar mientras esta última comentaba: "No echaban cuentas de ir a Cabra anoche". Lo solían hacer.
Francisco Jesús se pirraba por la informática y estudiaba la carrera en Córdoba. "Más inteligente no podía ser", afirma Patricia. Sergio Barrio trabajaba como cocinero e iba todos los días a Córdoba para estudiar hostelería. Antonio trabajaba en la fábrica de madera del pueblo y Cristina, Cris, había hecho sus pinitos en la radio y la televisión de Baena, municipio cercano, y estudiaba un curso de Comunicación Audiovisual.
Patricia y su hermano Manolo volvían de Lucena poco después de que se produjera el accidente. "Si me hubieran dicho que me fuera con ellos a Cabra, me hubiera ido, estábamos en el mismo bote", dice Patricia. Las cinco amigas que la rodean y su hermano asienten. Era algo habitual. Patricia no ha dormido en toda la noche. "Vimos el accidente, pero no nos dejaron pasar y nadie nos decía quién había sido", explica. "Siempre les toca a los más buenos, siempre pasa igual; eran los que siempre te animaban", agrega su hermano.
El Ayuntamiento de Luque decretó ayer tres días de luto y suspendió los numerosos actos que había programados: la inauguración de una residencia de ancianos, unos encuentros deportivos comarcales y un acto del día de la mujer. El alcalde, el socialista Telesforo Flores, lleva 14 años como regidor y no recuerda un día peor. Hace ocho años, cuatro vecinos de la misma familia murieron en un accidente, pero ayer eran cinco las familias destrozadas. Un médico y cuatro psicólogos las atendían en la Casa de la Cultura y un hombre llevaba a media tarde una caja lleva de infusiones. El panorama era desolador.
Daniel era primo de Sergio Barrio. Ayer por la tarde estaba sentado en una escalera, con la mirada perdida y sin uñas que comerse. "Les gustaba irse a Cabra a divertirse; Sergi y Bizcocho siempre estaban juntos", acierta a decir. ¿Qué hacía un mulo suelto en la carretera? "De momento liar la que ha liado", responde.
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