Giro dramático del secuestro del 'Alakrana'
Los piratas prescinden del intermediario con el que se pactó el pago de un rescate - Los asaltantes desembarcan a tres rehenes españoles y les amenazan de muerte
"Cari, atiéndeme, no tengo tiempo. Acaban de llevarse a tres hombres a tierra y nos van a ir llevando a todos si no entregamos a sus familiares a los piratas que están en España. El Gobierno está mirando a otro lado, Lucha, lucha, lucha. No me dejes solo". El mensaje de Gaizka Iturbe, uno de los 36 tripulantes del Alakrana, en poder de piratas somalíes desde hace 36 días, a su esposa, ilustra el giro dramático e inesperado que ayer dio el secuestro.
El armador del atunero vasco, instalado en la residencia del embajador español en Kenia, Nicolás Martín Cinto, llegó la semana pasada a un acuerdo con el intermediario designado por los secuestradores sobre el monto del rescate, explicaron fuentes de los servicios de inteligencia. "El pacto estaba cerrado y se esperaba que se ejecutase [la entrega del dinero y la liberación del pesquero] a lo largo del fin de semana", agregaron las mismas fuentes. El paso de los días sin que se recibieran noticias generó la sospecha de que algo no iba según lo previsto. Hasta que ayer se confirmó lo peor.
El 'lehendakari' pide que se estudie devolver a los somalíes detenidos
Dos gallegos y un vasco fueron elegidos por sorteo para llevarlos a tierra
A las 8.15 de la mañana, hora de Madrid, varios marineros llamaron a sus parientes en el País Vasco y Galicia, por orden de sus secuestradores. Al otro lado del auricular, las familias pudieron escuchar disparos de fusileria y la explosión de una granada lanzada al mar por los piratas. El objetivo, según el Ministerio de Defensa, era acrecentar la angustia de las familias para que éstas presionen al Gobierno. Lo primero lo consiguieron.
"Me ha dicho que tienen miedo. Después se ha puesto a llorar. A sus 44 años y con la experiencia que tiene...", explicó la esposa del marinero Víctor Bilbao.
Poco antes de las 9.30, a bordo de una zodiac y vigilados por cinco piratas, tres marineros fueron llevados hasta la costa, a unas dos millas de distancia. La ministra de Defensa, Carme Chacón, intentó transmitir calma. "Sabemos exactamente donde están y que están bien", declaró.
Chacón no quiso revelar la nacionalidad de los desembarcados, pero el patrón del Alakrana, Ricardo Blach, declaró a Radio Euskadi que se trataba de un vasco y dos gallegos, elegidos por sorteo entre los 16 españoles, cuyos nombres no pudo precisar porque él y el capitán están en el puente de mando, aislados del resto de la tripulación, recluida en el comedor del buque.
Uno de los desembarcados es el electricista Antonio Manuel Pérez Fernández, de 34 años, natural del municipio coruñés de Boiro, informó la Axencia Galega de Noticias. A su familia y a la de los otros dos les telefoneó el secretario general del Mar, Juan Carlos Martón Fragueiro, según el Ministerio de Medio Ambiente, para tranquilizarlas.
Fue un esfuerzo inútil, tras las declaraciones del patrón. "Nos acaban de decir que dentro de tres días, si no hay movimiento de esos dos que están ahí en España, matarán a los tres desembarcados e iremos otros tres y así hasta el final", anunció.
El Gobierno siempre ha dicho que la detención, el pasado 3 de octubre, de dos de los piratas que habían participado en el secuestro del Alakrana no supondría ningún obstáculo para su liberación. Uno de ellos, Raageggesey Adji Haman, fue encarcelado por orden del juez Baltasar Garzón a su llegada a España, el día 13; mientras que el otro, Abdu Willy, ingresó en prisión el miércoles, después de que, tras una sucesión de informes forenses contradictorios, se determinara que es mayor de edad.
"En ningún momento durante las negociaciones se ha puesto como condición la libertad de los dos detenidos", aseguran fuentes gubernamentales, que sólo admiten que este factor ha podido encarecer el rescate.
No es eso lo que los marineros transmiten a sus familias. "Ese asunto está en la mesa desde el primer minuto y es el gran obstáculo", aseguró Cristina, hija del patrón del Alakrana.
El Gobierno restó credibilidad a un supuesto portavoz de los piratas que, el pasado día 27, amenazó con entregar a varios de los marineros a los familiares de los dos detenidos en España.
El problema es que el intermediario con el que se ha negociado hasta ahora ha sido descalificado por los propios piratas quienes, según las fuentes consultadas, se habrían sentido engañados sobre la cuantía del rescate. Lo que obliga a buscar otro canal y a recomponer el pacto.
Chacón evitó ayer contestar a la portavoz del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, quien acusó al Gobierno de no haber calibrado "los pros y los contras de sus decisiones", en alusión a la detención y traslado a España de los dos piratas. Se limitó a subrayar, tras la reunión en La Moncloa de la célula de crisis -en la que participaron también la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, el ministro Miguel Ángel Moratinos y el director del CNI, Félix Sanz- que "lo que hizo la Armada fue cumplir con su obligación en el marco del Estado de derecho".
Pese a ello, el lehendakari pidió ayer a las autoridades judiciales que estudien la posibilidad de devolver a los piratas encarcelados en España a su país o a otro de la zona, como Kenia, "para que sean juzgados allí". Tras reunirse con la ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, el presidente vasco aseguró que el traslado podría hacerse "dentro de la más absoluta legalidad", informa Unai Morán.
Ante las últimas amenazas, fuentes de Defensa recuerdan que los piratas somalíes nunca han asesinado a ningún rehén y que el capitán y tres marineros del carguero alemán Hansa Stavenger, liberado tras cuatro meses de secuestro, también fueron trasladados a tierra.
Chacón insiste en que no se descarta ninguna opción para liberar a los rehenes, pero el desembarco de tres de ellos dificulta, si no hace imposible, una operación de rescate. Pese a ello, Defensa ha decidido que la fragata Canarias, que ayer debería dirigirse a las Seychelles tras ser relevada en la Méndez Núñez, siga vigilando al Alakrana. Dos fragatas ven más que una.
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