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La nueva fragata 'Santa María', destinada al control del Estrecho

Carlos Yárnoz

La fragata F-81, botada el sábado en los astilleros de Bazán, en El Ferrol, y bautizada con el nombre de Santa María, será una de las principales unidades del futuro Grupo de Combate de la Armada. Entre sus misiones fundamentales estará el control del estrecho de Gibraltar. Por esta zona pasan anualmente 52.000 barcos y más de 100 submarinos nucleares de EE UU, la URSS, el Reino Unido y Francia.Precisamente para controlar submarinos es para lo que la F-81, valorada en 30.000 millones de pesetas, dispone de los sistemas más avanzados existentes en el mundo occidental. Se trata del sistema Lamps (Light Airborne Multi-Purpose System, sistema aerotransportado ligero de misiones múltiples), que actúa en unión con el dispositivo Tactas (Tactical Towed Array Sonar, sistema táctico de cadena sonar remolcada). El Lamps es instalado a bordo de un helicóptero Sea Hawk -España compró el pasado mes de septiembre seis de estos aparatos, valorados en 30.000 millones de pesetas- y el Tactas es arrastrado permanentemente por la fragata.

Mediante la actuación combinada del Tactas y del Lamps -cada fragata puede llevar dos helicópteros Sea Hawk a bordo- pueden ser detectados y atacados submarinos que se encuentren a más de 100 kilómetros del barco. Los datos captados por los helicópteros son enviados automáticamente a todos los barcos del grupo de combate, de los que también puede partir la orden de seguimiento o ataque al submarino detectado.

La F-81 es la primera de una serie de tres -las otras dos se llamarán Victoria y Numancia- que la Empresa Nacional Bazán construye en El Ferrol bajo patente estadounidense. Su denominación comercial es fragatas FFG-7 y la Armada española ha pedido al Gobierno que se construyan otras dos como bloque fundamental del grupo de combate, cuyo buque insignia será el portaaeronaves Príncipe de Asturias, botado en 1982.

Tras la ceremonia de la botadura, el jefe del Estado Mayor de la Defensa, almirante Ángel Liberal, y el jefe del Estado Mayor de la Armada, almirante Guillermo Salas Cardenal, expresaron su confianza en que se apruebe esa ampliación. Salas comentó que la decisión, de tomarse, debe hacerse cuanto antes. Como madrina del acto intervino Ana María Fernández Núñez, esposa del almirante Liberal.

La Santa María tiene 135,60 metros de eslora, 14,30 de manga y 4,50 de calado. Desplaza 3.610 toneladas. Está propulsada por dos turbinas que desarrollan una potencia conjunta de 40.000 caballos de vapor. Su velocidad máxima es de 29 nudos. El buque será equipado con los correspondientes equipos electrónicos y de armas en los próximos meses y se estima que será operativo a finales de 1986 o comienzos de 1987.

Entre el armamento que portará figura el sistema multitubo antimísil Meroka, desarrollado en España. También llevará ocho misiles antibuque Harpoon y 32 antiaéreos Standar, ambos de origen norteamericano, así como dos montajes triples lanzatorpedos y un cañón. La dotación de las fragatas FFG-7 es de 200 hombres.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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