"Dijo: 'Tengo un regalo para ti'. Era una niña"
Un doctor enseñó a Inés Pérez a fingir un embarazo antes de darle un bebé - Hoy madre e hija dudan si fue robado
Inés Pérez, de 87 años, cuenta que no sabe si pudo tener hijos -"No llegaban y ni mi marido ni yo fuimos nunca al médico para hacernos pruebas"- pero crio a tres. A dos de ellos, Paquito y Óscar, se los dejaron para que los cuidara unas monjas durante casi dos años hasta que a uno lo recuperó su madre y al otro lo tuvieron que dejar en protección de menores, por el traslado del marido a otra ciudad. A la tercera, a la que llamó Inés, se la regalaron en la Clínica San Ramón de Madrid en 1969.
Inés Pérez llevaba un tiempo esperando una niña de San Ramón. "Había una chica joven, soltera y embarazada, que los padres no querían que se quedara con el niño. Ella sí quería tenerlo, pero la amenazaron con desheredarla", cuenta. Mientras esperaba por aquella niña, un médico llamado Eduardo Vela le explicó cómo fingir el embarazo para regresar a casa como si aquel bebé fuera suyo. "Me decía que no fuera a la peluquería, que no me pintara, que delante de la gente hiciera como que tenía ganas de vomitar y que me pusiera cojines para simular la barriga", relata Inés.
"Los documentos que me entregó el médico decían que había dado a luz allí"
Me contaron que era hija de una mujer casada que había tenido una aventura"
Pero la chica joven a la que sus padres obligaban a desprenderse de su bebé no se decidía. Y surgió otra oportunidad. "Un día me llamaron de la clínica y me dijeron que fuera al día siguiente porque tenían una sorpresa para mí. Al llegar allí, el doctor Vela me dijo: 'Mira qué regalo, tengo una niña para ti. Es prematura'. Empezó a firmar papeles y le dijo a la comadrona que me llevara a verla, pero ella le respondió que mejor no, porque estaba una mujer que no recuerdo el nombre allí y se iba a descubrir el ajo, así que fue ella a por la niña y me la trajo".
Inés Pérez salió de allí con un bebé y documentos falsos que certificaban que era suyo, no adoptado. "Según los documentos, yo había dado a luz allí. A mí me dijeron que la niña era hija de una mujer casada que había tenido una aventura mientras su marido estaba fuera. Recuerdo que el cura que la bautizó y que era íntimo amigo del doctor Vela hablaba de ella con mucho desprecio y repetía que era extremeña, como si los extremeños no fueran dignos de vivir".
Cuando cumplió 18 años, Inés Pérez le contó a su hija que era adoptada. "Mi madre tenía miedo de que me enfadara, pero no fue así. Entendí por qué no me parecía a nadie de mi familia", cuenta Inés Madrigal, que ha cumplido 41 años. "Le pedí a aquel cura el teléfono de Eduardo Vela y durante años lo estuve pasando de una agenda a otra, pero nunca me atreví a llamar porque me daba miedo hacer daño a mi madre. Hasta que vi la historia de Antonio Barroso
[presidente de una asociación de afectados por el robo de niños, Anadir], le llamé, me contó su caso y se me revolvió todo por dentro de pensar que yo podía ser una niña robada".
Esa duda ha llevado a Inés Madrigal a sumarse a Anadir y a la denuncia que la asociación presenta hoy ante la Fiscalía General del Estado. Su madre también duda. "Yo tengo la conciencia tranquila porque creo que no me engañaron, pero no puedo estar segura", confiesa Inés Pérez 41 años después de recoger una niña como regalo en una clínica madrileña. La misma clínica que fue cerrada en 1981 después de que Interviú publicara la estremecedora fotografía de un bebé muerto. La misma fotografía que durante años enseñaron a las madres de niños robados para explicarles por qué no podían llevarse a casa al bebé al que acababan de dar a luz.
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