Camps: "Prudencia y responsabilidad"

La detención del presidente de la Diputación de Alicante provocó ayer un nuevo seísmo en el PP regional. El presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, reclamó "prudencia y responsabilidad" hasta conocer el alcance de lo sucedido. Fueron las dos palabras tras las que se escudaron los principales referentes del partido, como la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, que además volvió a apelar a la presunción de inocencia. Un argumento utilizado casi a diario por los populares valencianos, sumidos en una concatenación de escándalos desde hace más de un año. En medio de la conmoción, y mientras los partidarios de Ripoll aseguraban que había sido puesto en libertad sin cargos, la principal preocupación de la dirección regional del PP era la de no transmitir una imagen de división.

El portavoz socialista en las Cortes Valencianas, Ángel Luna, afirmó que "en materia de corrupción hay que llegar a todas partes. La corrupción es incompatible con la democracia", dijo Luna, que pidió respeto para el trabajo de los jueces, los fiscales y la policía.

La coordinadora de Esquerra Unida, Marga Sanz, aseguró que lo sucedido merecía "la dimisión fulminante" de Ripoll. "No se puede permitir ni un segundo más esta vorágine de casos de corrupción protagonizados por el PP sin que no se tomen medidas de depuración de inmediato", dijo la diputada de EU. La portavoz adjunta del grupo Compromís, Mónica Oltra, manifestó que el PP valenciano "está podrido". Oltra reclamó a los militantes populares, "la mayoría honrados y que en otros momentos han tenido tan claro la lucha contra la corrupción política, que empiecen a pedir responsabilidades a sus políticos y a quitar las manzanas podridas".