Nokia declara la revolución
El gigante sustituye a los gestores finlandeses para recuperar una década casi perdida
La multinacional finlandesa aún es líder del sector de la telefonía móvil, pero ya no navega con la velocidad de crucero a la que había acostumbrado a los mercados. Con un valor bursátil de 30.000 millones de euros, Nokia ha perdido el rango de estar entre las 100 principales empresas en el listado que elabora la revista estadounidense Forbes. Hoy figura en el puesto 135º, mientras que Telefónica, por ejemplo, figura en el puesto 32º. A comienzos del milenio, Nokia ocupaba el séptimo puesto y valía en Bolsa 10 veces más que hoy, 300.000 millones. Las cosas han cambiado mucho, a pesar de que en 2009 vendió 440 millones de teléfonos, algo así como 14 unidades cada segundo.
Justo ahora, cuando se avecina la temporada de oro de los artilugios, Nokia inicia una radical transformación para afrontar una competencia que viene pisando fuerte. "Vivimos un momento crucial en las nuevas tecnologías, solo comparado con aquel día en que dejamos el teléfono fijo por el móvil", dijo en Helsinki Jorma Ollila, antiguo consejero delegado y actual presidente del Consejo de Directores de Nokia.
Es aún 'número uno' en móviles, pero ha perdido la partida en sistemas operativos
Hoy vale en Bolsa una décima parte de lo que valía hace una década
La empresa reconoció que las cosas no han ido como esperaba en la estrategia digital. Desde 2007, tanto Apple con el iPhone, como RIM con su Blackberry, o las coreanas Samsung y LG le han quitado cuota de mercado. Y lo que es más grave, el gigante finlandés, a pesar de tener un amplio portafolio, no tiene un modelo rompedor que marque tendencia. Las accionistas ya lo habían advertido en mayo, los teléfonos de gama baja dejan un margen de beneficios muy bajo. El precio medio de un Nokia es de 61 euros, mientras que el precio medio de un iPhone ronda los 400 euros.
Así las cosas, los directores de la empresa optaron por cesar al consejero delegado y presidente, Olli-Pekka Kallasvuo, quien ejercía de timonel desde 2006. En su lugar, la empresa nominó a todo un trotacamino de las empresas de nuevas tecnologías, el canadiense Stephen Elop, de 46 años. El nuevo consejero delegado ejercía como jefe de la sección de Soluciones Empresariales en
Microsoft Corporation. Con su designación concluye una etapa. Hasta ahora, Nokia había estado siempre bajo tutela finlandesa. Como si esto fuera poco, el vicepresidente y último histórico del dream team finlandés Anssi Venjoki, responsable de la estrategia digital, abandonó la empresa de malas maneras.
En Finlandia, la llegada de Elop se ha visto como la del Mesías, pues Nokia representa, incluso hoy, en horas bajas, el 1,6% del PIB, el 15% de las exportaciones del país nórdico y el 35% del impuesto corporativo. El nombramiento del nuevo jefe se ve también como un nuevo intento de abrir el mercado estadounidense, donde Nokia tiene hoy una presencia puramente testimonial.
"La realidad muestra que no basta con un buen móvil. Necesitamos también un sistema operativo eficiente, una gama de utilidades interesantes, conectividad. Poder ofrecerle al consumidor todo el paquete", señaló Elop durante su presentación en la sede de Nokia en las afueras de Helsinki.
Los analistas se muestran cautos sobre el impacto del nuevo CEO en el futuro inmediato de la empresa. "El nuevo jefe es un ingeniero de programas software. Esto debería ayudar a Nokia dar el salto a Internet, como también a mejorar el portafolio de alta gama que la empresa piensa lanzar al mercado en EE UU. No está muy claro, sin embargo, si un ingeniero puede mejorar sin más el problema de diseño de los últimos modelos Nokia. Tampoco es seguro que Elop sea capaz de convencer a los usuarios para que opten por un Nokia. Los operadores compran millones de móviles inteligentes cada trimestre", dice Neil Wawston, de la consultora Strategy Analytics, la de mayor prestigio del sector.
Elop puede abrir las puertas de su antigua empresa Microsoft, algo que Nokia espera como agua de mayo. "Sin duda, Nokia juega en la misma división que Microsoft. Hay muchos sectores donde las dos firmas compiten, pero hay otros en los que podemos trabajar en conjunto, por ejemplo, en el campo de los sistemas operativos", dice el ejecutivo canadiense.
En efecto, el sistema operativo, el motor de cada móvil, ha resultado ser un puzle de nunca acabar para Nokia. Después de muchas componendas entre las principales firmas de telecomunicaciones, Nokia se quedó, en 2008, con el sistema operativo Symbian. Hoy más del 80% de los móviles del mundo funcionan con este sistema. En 2007 aparecieron en el mercado Android, de Google
; Blackberry, de RIM, y Windows Mobile, de Microsoft. Sus plataformas han probado ser más eficientes y fiables que Symbian.
Los analistas del sector coinciden en señalar que Nokia perdió tres años cruciales en la batalla de los sistemas operativos. Solo ahora lanza al mercado el N8, el primer móvil completamente equipado con Symbian 3, la última generación. Un modelo que debe competir con los iPhone 4 de Apple y los BlueBerry de RIM. Una buena parte del futuro de Nokia depende del éxito del N8.
A comienzos de año, Nokia anunció que unía sus fuerzas con Intel, otro gigante de las nuevas tecnologías, para desarrollar una nueva plataforma, MeeGo, destinada a la conectividad de los distintos dispositivos, como móviles inteligentes y tabletas.
El mayor fracaso del consejero delegado saliente, Olli-Pekka Kalasvuo, fue su apuesta por la movilidad e Internet. En agosto de 2007, Nokia anunció la apertura de Ovi (puerta, en finés), su portal de servicios en Internet. No ha tenido el éxito esperado. En estas fechas compró también por 5.700 millones de euros la firma de mapas digitales Navteq. Operación que tampoco le ha sido rentable (hoy el servicio de mapas y localización es gratuito para quienes poseen un Nokia de alta gama).
En junio de 2007, Nokia y la alemana Siemens anunciaron la fusión de su división de redes y equipos. Desde entonces Nokia-Siemens ha producido cuantiosas perdidas a la empresa finlandesa.
Este cúmulo de errores y políticas mal diseñadas le han pasado factura. A mediados de 2007 las acciones de Nokia estaban valoradas en 28 euros. En enero de 2008 Apple lanzó su iPhone y anunció que había vendido un millón de terminales en una semana. Las acciones de Nokia se desplomaron a los 18 euros. Y desde entonces han seguido cayendo en picado hasta los 7,58 euros actuales.
El cambio de guardia en la empresa, sin duda significa también un cambio de rumbo. Por esta razón, la designación del nuevo ejecutivo puede traer consigo una segmentación de la empresa o el traslado de su sede central. Los principales propietarios de Nokia son fondos de inversión estadounidenses. Para Finlandia, Nokia es tan importante, que es parte de la nueva identidad nacional.
"Nokia nos ha dado autoestima. Le ha demostrado al mundo que aquí, en la periferia norte, podemos hacer bien las cosas. Sin duda, sin Nokia nos sentiríamos huérfanos", dice Juhani U. E. Lehtonen, profesor de antropología de la Universidad de Helsinki.
El gran cometido del nuevo consejero delegado es devolver a esta nave gigante, tiene 70.000 empleados en el mundo, a la senda de los beneficios y del crecimiento. Por delante tiene al menos tres velocistas, Apple, Google y RIM, que van marcando ruta. -
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