Los expertos piden más esfuerzo para reducir el abandono escolar
La estadística ha mejorado, pero sigue muy lejos del objetivo europeo
El objetivo europeo, asumido por el Gobierno español, de que el 85% de los jóvenes tenga el título de bachillerato o FP en 2010 parece a estas alturas inalcanzable. El año pasado, el porcentaje de jóvenes españoles entre 18 y 24 años que había dejado de estudiar después de la enseñanza obligatoria (ESO, hasta los 16 años) era del 29,1%, muy lejos de la media europea (véase gráfico). Pero a pesar de todo, esta cifra representa un cambio de tendencia en el abandono temprano de los estudios (así se denomina este indicador), ya que por segundo año consecutivo el número desciende, después de cuatro años de aumento.
Numerosos expertos coinciden con el Ministerio de Educación en que, aun con las limitaciones estadísticas (la cifra se obtiene de la encuesta de población activa, es decir, de la consulta de una muestra), se vislumbra ese cambio de tendencia. El ministerio cree que se están empezando a notar los esfuerzos hechos: los programas de apoyo para los alumnos con más dificultades (PROA), el aumento de las becas o los planes específicos de las comunidades
Para el catedrático de Sociología Mariano Fernández Enguita, también se trata, simplemente, de "un cambio de ciclo". "La incorporación masiva de alumnos inmigrantes ha sido muy difícil, pero se está empezando a superar, y también se está estabilizando el aumento de la edad obligatoria hasta los 16 años", explica. Admite los esfuerzos de las administraciones, pero cree que aún falta flexibilidad para revertir las estadísticas: "Se podrían autorizar periodos de escolarización más largos o dar la posibilidad, llegados a una edad, de compaginar estudios y trabajo", asegura.
La atención a la diversidad resulta fundamental en el camino para reducir el abandono, señala el director del instituto Txindoki Alkartasuna, de Beasain (Guipúzcoa), Josu Aguirre. El País Vasco es la comunidad con menor índice de abandono (12,4%, en 2005) y para Aguirre se trata de dedicar "más recursos personales y materiales para dar una atención más personalizada". En este sentido, alaba los planes de refuerzo para secundaria, pero también para primaria, aunque insiste en la necesidad de seguir mejorando las inversiones.
Dejar la puerta abierta
La estadística de abandono prematuro se vincula normalmente con la del alumnado que no obtiene el título de enseñanza obligatoria a los 16 años, lo que se ha llamado (quizá incorrectamente) fracaso escolar, que en 2005 estaba en el 29,6%. Este indicador también tiene sus limitaciones, ya que no tiene en cuenta a los chicos que han repetido, y se gradúan con 17 o 18 años, ni tampoco a los que retoman sus estudios años después.
De los alumnos que abandonan la ESO sin el título, un tercio vuelve a estudiar en los cinco años siguientes, según un estudio del Instituto Nacional de Estadística. Por eso, explica el director del Instituto de Evaluación del Ministerio de Educación, Enrique Roca, resulta muy importante dejar abierta la posibilidad de que esos chicos se reincorporen en cualquier momento. Con la nueva ley de educación (LOE) los alumnos sin el título de educación obligatoria pueden acceder mediante un examen de ingreso a la FP de grado medio a partir del 17 años, y de grado superior, a partir de los 19, cita Roca como dos ejemplos de la flexibilización de las vías de entrada.
"En educación, los cambios se producen normalmente a medio plazo, y este repunte puede deberse también a iniciativas tomadas hace años. Ahora bien, debemos ser conscientes de que las cifras de abandono son todavía demasiado altas. Es necesario un esfuerzo colectivo mucho mayor", insiste el experto en educación y, desde enero, secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos, Álvaro Marchesi.
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