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Entrevista:DOMINIQUE STRAUSS-KAHN | Director gerente del FMI

"El paro va a seguir ahí mucho tiempo"

Claudi Pérez

El Fondo Monetario Internacional (FMI) es un lugar estupendo como trampolín para presidir un gran banco; tal vez un país, quién sabe. Dominique Strauss-Kahn, economista y político, director gerente del FMI, socialista y francés, flirtea desde hace meses con esa posibilidad, mientras van apareciendo encuestas que le dan la victoria en un eventual duelo en 2012 con Nicolas Sarkozy. Strauss-Kahn se ha valido de la crisis para rediseñar el FMI con indudable instinto político, con un punto de audacia.

El Fondo ya no parece esa caricatura del fundamentalismo neoliberal que funciona como patio trasero de la política económica de EE UU. En lo peor de la crisis apoyó las políticas de estímulo, la vuelta de Keynes, el intervencionismo del Estado para evitar una depresión. Ahora elige Noruega para darle una vuelta de tuerca a ese nuevo talante con una cumbre sobre el desempleo, de la mano de la heterodoxa OIT. Strauss-Kahn aparece rodeado de colaboradores para esta entrevista con media docena de periódicos europeos en el lujoso hotel de Oslo que alberga la reunión. "Un día duro, una semana dura... Una crisis dura", rompe el hielo en un rincón del hall por el que van pasando los políticos, sindicalistas y economistas que se han dado cita en lo que algunos denominan "el Bretton Woods del paro".

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Las crisis tienen algo de huracán: actúa de una manera relativamente previsible, pero puede cambiar de dirección, amainar e incluso resurgir sin apenas avisar, según describe el gurú Nouriel Roubini en su último libro. Strauss-Kahn asegura que no hemos visto aún los últimos coletazos de ese huracán que azota la economía: "No hay victoria sin empleo, y el paro va a seguir ahí mucho tiempo". "La idea de que la crisis está ya detrás de nosotros es una completa equivocación. La recuperación es débil, está plagada de incertidumbres; ni siquiera puede hablarse de recuperación genuina si no se crea empleo", aclara.

Elegante y afable, Strauss-Kahn gesticula como un buen actor para enfatizar un discurso con el que el FMI pretende darse una pátina social desde ya. "El mercado laboral está en una situación catastrófica y ha dejado en una zona desértica a 30 millones de parados en apenas tres años. El Fondo se dedica desde siempre a promover la estabilidad financiera y macroeconómica: el déficit y el PIB son importantes, pero los indicadores de desempleo no pueden seguir quedando fuera de nuestros análisis o de los del G-20", afirma.

Su pronóstico para los próximos años es una recuperación débil, frágil, prácticamente anémica, con algún susto más, incluso. Y desempleo para rato. "Los problemas no desaparecen: 440 millones de jóvenes se van a incorporar al mercado laboral en todo el mundo durante los próximos 10 años, especialmente en los emergentes, y con esos datos en la mano hay que seguir hablando de estabilidad, pero sobre todo hay que incorporar el paro a todos los debates: de nada sirven las políticas económicas si la gente lo único que puede ver son las dificultades con el empleo", asegura.

"El FMI ha cambiado", repite varias veces durante media hora larga de conversación. Y sin embargo algunas cosas no cambian tanto: Strauss-Kahn expone magistralmente las ideas generales, pero es mucho menos rotundo al hablar de casos particulares. EE UU y España acumulan 10 de los 30 millones de empleos que ha barrido la crisis. ¿Cómo interpreta esos datos? "Es cierto que esas dos economías presentan los peores números. EE UU aún tiene margen para un nuevo estímulo: si consigue activar su economía ese gasto apenas se notará, porque puede generar ingresos y empleo. Pero quedan un par de trimestres para comprobar si sale definitivamente o las incertidumbres se concretan. España es un caso diferente, ha destruido mucho empleo, se ha visto obligada a hacer reformas", dice con un hilo de voz unas horas antes de entrevistarse con el presidente Zapatero.

Dominique Strauss-Kahn, en la cumbre ayer en Oslo (Noruega).
Dominique Strauss-Kahn, en la cumbre ayer en Oslo (Noruega).EFE

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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