La mitad de los trabajadores con convenio pierde poder adquisitivo
El salario pactado en 2010 se queda a medio camino del IPC de diciembre
El repunte de la inflación ha llegado en la peor situación para los trabajadores. Durante los peores momentos de la crisis, cuando se destruía empleo a marchas forzadas y la deflación era algo más que una amenaza real, los salarios no solo aguantaron, sino que subieron con fuerza inusitada. Sorprendían en el contexto europeo, en el que los sueldos se habían congelado o bajaban. Ahora en cambio, cuando la inflación vuelve a repuntar, los salarios flaquean. En diciembre, el índice de precios al consumo ha subido un 2,9% ; los salarios pactados en convenio, hasta el pasado noviembre (último dato publicado), han crecido un 1,3%. Conclusión: los trabajadores han perdido poder adquisitivo en 2010, salvo aquellos que cuentan con cláusula de revisión salarial, que solo representan el 45,6%.
Solo el 45% de los acuerdos colectivos tiene cláusula de revisión de sueldos
El Banco de España ha insistido en eliminar las garantías salariales
El año pasado se inauguró con una buena noticia. Sindicatos y patronal habían llegado a un acuerdo para los sueldos de 2010 a 2012. Ese pacto abogaba por la moderación salarial para contener precios y lograr que las empresas españolas ganaran competitividad. Era el camino elegido para que las exportaciones tiraran de la economía española, hacia donde muchos señalan como la vía de salida de la crisis. En 2010, la recomendación de subida salarial del Acuerdo Interconfederal de Negociación Colectiva (su nombre oficial) era del 0% al 1%.
El resultado se ha ido trasladando mes a mes a los convenios. Así, si 2009 se cerró con una subida media del 2,3% (en 2008, llegó al 3,6%), el pasado noviembre este dato bajaba hasta el 1,3%.
El pacto también recomendaba que los nuevos convenios incluyeran cláusulas de revisión salarial para que los trabajadores no perdieran poder adquisitivo si los precios se disparaban. En el texto no se aclaraba si esa cláusula tenía que funcionar año a año o al final del trienio, pero lo cierto es que precisamente este año, cuando la inflación aprieta, esa herramienta se está utilizando mucho menos que en años anteriores.
Según los datos de noviembre, apenas 3,2 millones de trabajadores contaban con cláusula de salvaguarda. Esto es el 45,6% de los 6,9 millones de empleados que cuentan con convenio colectivo, un porcentaje que todavía cae hasta el 20% si se tiene en cuenta el conjunto de la población asalariada.
El mecanismo que impide automáticamente que los trabajadores pierdan poder de compra (un sistema muy propio de mercados laborales como el español y el belga) ha sido muy criticado por organismos como el Banco de España, el Banco Central Europeo y la propia patronal. El argumento es que la revisión de los salarios no debe hacerse según la evolución de los precios, si no acorde con la productividad para incentivar uno de los aspectos de los que más adolece la economía española.
La pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores añade gasolina al enrarecido clima social. En el ámbito bilateral, es decir, en el propio de empresarios y sindicatos, la negociación de convenios funciona a un ritmo mucho menor que en años anteriores. Además, sobre la mesa patronal y centrales tienen la reforma de la estructura de la negociación colectiva que dicta la reforma laboral, y que tienen que pactar antes del 19 de marzo, o de lo contrario lo hará el Gobierno de forma unilateral.
En el ámbito de las relaciones entre los sindicatos y el Ejecutivo, ambas partes están durante estos días tratando de acercar posturas sobre la reforma de pensiones. De no conseguirlo, es probable que el próximo 10 y 11 de enero UGT y CC OO acaben convocando la segunda huelga general en menos de medio año.
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