Guerra contra la inflación
Pekín parece tener querencia a las fiestas familiares cuando se trata de luchar contra la inflación. El 25 de diciembre, día de Navidad, el banco central chino subió los tipos de interés. El martes de esta semana, último día de las fiestas de Año Nuevo chino, volvió a hacerlo. Quedaron en el 3% para los depósitos a un año, y en el 6,06% para los créditos. Fue sorpresa el momento, no la medida.
Pekín ha incrementado los tipos en tres ocasiones desde octubre, en una muestra del nerviosismo que han provocado en las autoridades las continuas subidas experimentadas por los precios, debido a su potencial como desestabilizador social. La inflación alcanzó el 5,1% en noviembre pasado -el valor más alto en 28 meses- y aunque en diciembre bajó al 4,6%, los analistas estiman que en enero volvió a repuntar al 5,3% ante la celebración de las festividades del Año Nuevo chino y el alza de los alimentos.
Los tipos de interés han subido en tres ocasiones desde octubre
Los bancos tienen prohibido dar préstamos para la tercera vivienda
El Año del Conejo debería ser bueno para controlar los precios
La inflación se ha convertido en un potro difícil de domar. En el conjunto de 2010, alcanzó el 3,3%, tres décimas por encima del objetivo que se había fijado el Gobierno, en buena parte, también, por el desenfreno del sector inmobiliario.
Pekín lleva años ejerciendo el difícil equilibro de mantener el fuerte crecimiento de la economía -10,3% en 2010-, imprescindible para proporcionar puestos de trabajo a la población, al tiempo que evita el sobrecalentamiento y que se dispare la inflación. Los responsables económicos chinos son buenos funámbulos, y, a pesar de los signos preocupantes de los últimos meses, el fuerte control que ejercen sobre la economía les permite contar con mecanismos efectivos para tirar de las riendas.
Además de las subidas de tipos, el Gobierno ha exigido en varias ocasiones a los bancos que aumenten el ratio de reservas desde principios de 2010 -la última vez, el jueves pasado-, ha puesto en marcha en dos ciudades un ensayo de impuesto a la propiedad, ha elevado la entrada que es preciso entregar para comprar un piso y ha prohibido a los bancos que concedan préstamos para la adquisición de tercera vivienda. Pretenden enfriar el sector y aliviar el sentimiento de frustración que embarga a muchos chinos, que ven imposible acceder a su primer apartamento en propiedad.
En la recámara para luchar contra la inflación, Pekín tiene también la posibilidad de permitir una mayor apreciación del yuan. Esto haría más baratos los artículos importados, pero perjudicaría a sus empresas exportadoras.
¿Conseguirá el Gobierno doblegar la inflación? China inició el 3 de febrero el Año del Conejo, cuarto animal del zodíaco y uno de los más favorables de los 12 signos. El conejo simboliza felicidad, buena fortuna y es identificado con un periodo favorable desde el punto de vista financiero.
Si del zodiaco depende, China será capaz de doblegar la inflación. De momento, el banco central sigue tomando medidas para ayudar a que se cumplan los buenos augurios y demostrar la fortaleza de la economía. Medidas graduales, que no endurezcan demasiado la política monetaria, ya que podría frenar la demanda, y que eviten que tipos de interés demasiado altos atraigan capital especulador dañino.
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