Las familias de los rehenes de Malí dan un voto de confianza al Gobierno
Los familiares de Gámez, Vilalta y Pascual rompen su silencio con un comunicado colectivo
Las familias de los tres rehenes españoles secuestrados en el norte de Malí desde hace más de tres meses han roto hoy su largo silencio, junto con la ONG Barcelona Acció Solidària de la que son miembros los cooperantes, para dar un voto de confianza al Gobierno que se esfuerza por obtener su pronta liberación de manos de la rama magrebí de Al Qaeda.
"Os pedimos que entendáis que nuestro silencio no es sinónimo de inacción", han afirmado las tres familias de los rehenes Alicia Gámez, Roque Pascual y Albert Vilalta, en un comunicado conjunto.
"Intentamos mantener la prudencia, la discreción y seguimos confiando en el trabajo que se está realizando", han añadido. "Estamos convencidos que cada día está más próxima su liberación para poder tenerles de nuevo entre nosotros".
La ONG Acció Solidària pide más rigor a la prensa cuando cubre el secuestro
El texto ha sido divulgado durante una rueda de prensa en la sede de la ONG barcelonesa que ha corrido a cargo de su presidente Josep Carbonell, acompañado por Antoni Camps y Josep Ramon Giménez. La asociación también ha difundido su propio comunicado en el que manifiesta, en términos aún más contundentes, su fe en la labor del Ejecutivo central.
Tras recordar que familias y miembros de Acció Solidária padecen "angustias" aseguran que "confían plenamente en la gestión de los responsables del Gobierno español comprometido en traer a casa a nuestros compañeros sanos y salvos". Sólo aflora una leve crítica cuando recuerdan que, a veces, reciben del Ejecutivo mensajes "lacónicos, casi crípticos" sobre los avances de la negociación para obtener la puesta en libertad de sus compañeros. Josep Ramón Giménez ha dicho en la rueda de prensa que "el Gobierno central siempre ha hablado de medio plazo" para solucionar el secuestro, pero ha apostillado que "medio plazo es un término abstracto. No sabemos si nos faltan una, dos o tres semanas".
"Aún así hemos sido fieles [al Gobierno] incluso cuando se ha interrumpido el contacto durante una veintena de días", prosigue. Han mantenido esa lealtad porque sabían "que los familiares estaban siendo bien atendidos por la Administración". La encargada de atender a las familias de los rehenes es la secretaria de Estado de Cooperación, Soraya Rodríguez.
"Y seguiremos siendo fieles al Gobierno", concluyen, porque "creemos firmemente que hace suyo el compromiso de traer a casa a nuestros compañeros sanos y salvos". "Los responsables de gestionar esta crisis saben como hacerlo, nosotros no". "Ellos están obligados a ser eficaces, nosotros a mantener nuestra exigencia".
La confianza mostrada por las familias de los cautivos catalanes con el Gobierno central contrasta con las duras críticas de los familiares de los 36 tripulantes del pesquero Alakrana, en su mayoría vascos y gallegos, a la gestión de esta crisis por el Ejecutivo central. Permanecieron secuestrados, el pasado otoño, durante sólo mes y medio por los piratas somalíes que les apresaron en aguas de Somalia.
Críticas a la información periodística
Acció Solidària censura, por último, la cobertura que la prensa está dando al secuestro de Malí. "(...) es deseable contrastar y publicar informaciones sometidas al rigor periodístico", recalca. "Sobre todo si se tiene en cuenta que a los secuestradores les pueden llegar también informaciones que puedan influir en su estrategia". "(...) en estos momentos cualquier paso equivocado puede perjudicar el proceso de liberación que todos ansiamos concluya YA".
Para liberar a sus tres rehenes españoles Al Qaeda ha exigido un rescate pecuniario al Estado español lo que, en teoría, es una exigencia más fácil de satisfacer que las reivindicaciones que formuló para soltar a su cautivo francés Pierre Camatte al que puso en libertad la semana pasada después de que fueran excarcelados cuatro presuntos terroristas de la prisión de Kati (cerca de Bamako).
Antoni Camps, quien ha hablado como portavoz de las familias, ha dicho en la rueda de prensa que "la liberación del cooperante francés nos produce buenas vibraciones, porque su secuestro se produjo días antes que el de nuestros compañeros. Puede ser que ahora nos toque la libertad a nosotros". Sin embargo, ha precisado que no tiene por qué haber mimetismo.
Para liberar a sus dos rehenes italianos, Sergio Cicala y su esposa Philomène Kabourée, originaria de Burkina Fasso, la rama magrebí de Al Qaeda exige que el presidente de Mauritania, Mohamed Ould Abdelaziz, excarcele a parte de los 67 reclusos islamistas de la prisión central de Nuakchot.
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