El banco de Caja Madrid sale a Bolsa para captar capital
Rodrigo Rato critica al Gobierno por exigir más fondos al que no cotiza en el parqué
Cuando Rodrigo Rato llegó a la presidencia de Caja Madrid se alzaron voces críticas contra la supuesta intención de bancarizar la entidad. Un año después de llegar a Caja Madrid, el presidente de la firma ha ofrecido su primera rueda de prensa con un gran cartel a sus espaldas con el rótulo de "Banco". Al margen de las intenciones de este político del PP y financiero, no cabe duda de que el principal impulsor de la transformación ha sido La Moncloa.
Rato anunció ayer que, como presidente ejecutivo del Banco Financiero y de Ahorros, formado por Caja Madrid, Bancaja e Insular de Canarias, Laietana, Ávila, Segovia y Rioja el 3 de diciembre pasado, iniciaba los trámites para salir a Bolsa en los próximos meses. El objetivo es conseguir capital para elevar sus niveles de solvencia por encima del 8%, el mínimo que exigirá en otoño el Gobierno a las entidades cotizadas. Si no se alcanza, el Estado aportará capital y se sentará en el consejo de administración, lo que quiere evitar a toda costa.
El mercado cree que será difícil colocar los 2.300 millones que necesita
La entidad tiene ahora un ratio de core capital (los recursos capaces de absorber pérdidas) del 7,04% por lo que le faltaría un punto más. Según su balance, esta diferencia supone unos 2.300 millones. Dado que el nuevo banco tiene un valor contable de 10.240 millones, los analistas consultados creen que debería sacar al mercado un 35% del capital como mínimo. Estos cálculos se han hecho valorando la entidad en 0,7 veces el valor en libros, un poco por debajo de La Caixa. La entidad catalana ganó 1.507 millones en 2010 frente a los 440 millones del banco dirigido por Rato.
El Banco Financiero deberá convencer a los inversores institucionales, lo más difícil, ya que un 20% de la emisión tiene que ir dirigida a estos compradores, que marcarán el precio. Rato, en una rueda de prensa en la que no pareció sentirse cómodo, confió en tener plazo suficiente. Desde los bancos de inversión se considera "prematuro" que los bancos de las cajas coticen en Bolsa en otoño. "A día de hoy, con la situación económica de España, los problemas de liquidez, morosidad, etc., las entidades necesitan demostrar su capacidad de gestión durante más tiempo para resultar atractivos", dice un experto que pide el anonimato.
Quizá Rato tenía ayer presente estas dificultades para cotizar cuando arremetió contra las exigencias del Gobierno, que podría exigir hasta el 10% de capital a los no cotizados. El presidente de Banco Financiero señaló que la discriminación entre entidades "no es bueno" y que el terreno debe ser igual para todos los jugadores, ya que alterar esa competencia es "malo" para el conjunto del sistema y para la economía. "Romper la competencia que hay entre entidades en España es un error que tiene consecuencias en la eficiencia de la economía", advirtió, y dijo que "esperaba" que el Real Decreto de febrero evitara esta situación.
Rato hizo una defensa de las cajas sosteniendo que "son iguales" a los bancos en morosidad, inversión en inmuebles y préstamos a las Administraciones Públicas, "por lo que no se pueden decir que los banqueros son mejores gestores. La única diferencia es la obra social", afirmó. Sin embargo, no hizo ninguna referencia a que las cajas son las únicas que han acudido al fondo de rescate y que en las pruebas de esfuerzo de julio eran las que salían peor paradas salían.
El principal objetivo del nuevo banco es "el fortalecimiento de la solvencia, así como la reducción de la morosidad". Por eso la entidad ha destinado 9.200 millones brutos para anticipar posibles pérdidas futuras y encarar una morosidad del 6,34% a cierre de 2010. De esa cantidad, Rato explicó que 5.900 millones irán a sanear créditos; 1.800 millones para deterioros de la cartera de inmuebles y los 1.500 millones restantes para ajustar el precio de la cartera de valores.
En términos netos, los saneamientos ascienden a 6.440 millones, de ellos 4.465 millones del préstamo público recibido del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), y los casi 2.000 millones restantes sacados de fondos propios del grupo. Rato dijo ya se han cargado contra resultados los 1.450 millones que costará la reestructuración del grupo, que incluye el cierre de cerca de 600 oficinas y la reducción de más de 3.800 empleos, vía prejubilaciones.
Pero además, Rato destacó un colchón de provisiones genéricas (que no están asignadas a ningún moroso) de 1.578 millones. Estos saneamientos han rebajado el ratio de capital. Además, estas cargas se han hecho "sin revalorizar los activos, como permite la ley en las fusiones, para no dar una imagen que puede ser malinterpretada por los mercados". Los analistas creen que las provisiones genéricas y la revalorización de activos son dos armas que podría utilizar Rato en el futuro para reforzar su capital si no llega a Bolsa.
Rato, uno de los políticos del PP más valorado en las encuestas, aseguró sentirse bien por esas consideraciones y negó su vuelta a la política. "Mi compromiso con este proyecto es muy intenso, por varios años, y estoy totalmente volcado" y dijo acudir a los actos de PP "a título personal". El nuevo consejo de administración del banco ha sido criticado por estar dominado por ex políticos. El presidente se defendió: "Están los representantes de los accionistas de las cajas, según indica la ley, para que sea operativo. Si no gusta, que se cambie la ley".
Poco habló Rato de Caja Madrid, entidad de la que sólo ofreció dos folios de información y ni siquiera comparada con 2009. Las cifras no eran para sentirse orgulloso: ganó 256 millones, un 3,7% menos que 2009, año en el que descendió un 68,4%. Este resultado supone 3,3 veces menos que el de 2008. La morosidad está estable en 5,44%.
Por último, Banca Cívica, integrada por Caja Navarra, Cajasol, Caja Canarias, Caja de Burgos, confirmó su próxima salida a Bolsa, con un "core capital" del 8,05%.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.