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La crisis del euro

¿Me bajará la hipoteca?

Un descenso en los tipos de interés afecta al Euríbor que fija el precio de los créditos para comprar vivienda, a los costes de financiación y alegra a los mercados

La decisión del Banco Central Europeo (BCE) de rebajar los tipos de interés por sorpresa en un cuarto de punto desde el 1,5% hasta el 1,25% afectará por varias vías al ciudadano de a pie. Estos son sus principales efectos.

Hipotecas y depósitos: Los tipos de interés oficiales -es decir, los que marca en Europa el BCE- son una de las palancas claves de la política económica. Si la política monetaria tiene suficiente tracción, en condiciones normales, una rebaja de tipos arrastra hacia abajo los costes de financiación de la economía: los créditos a las empresas, las hipotecas a los particulares (y también los tipos a los que se pagan los depósitos y el ahorro, por cierto). El Euríbor cerró octubre en el 2,11% y esta mañana ha subido unas milésimas: la señal del BCE puede provocar caídas de ese indicador, clave para los hipotecados, en los próximos días.

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El problema puede ser que estos no son tiempos normales: la crisis europea está en su apogeo y en esas condiciones el efecto de la política monetaria es menor. Si los bancos apenas se cruzan operaciones porque hay miedo en el mercado, el Euríbor y los costes de financiación de las empresas bajan menos que en condiciones normales: va a seguir siendo muy difícil salir a los mercados a captar dinero. Los tipos de interés no son una varita mágica para la confianza. Pero ayudan: la economía depende en buena parte de las sensaciones, de los animal spirits de la gente, y una rebaja de tipos ayuda a que el dinero fluya, a que la economía se revitalice, y eso contribuye a que las Bolsas y los mercados se calmen y reciban una dosis de optimismo.

Exportaciones: La economía es una suerte de cadena formada por eslabones. Una bajada de tipos hace que la gente pida más créditos (porque son más baratos), y eso introduce más dinero en la economía, y presiona al alza los precios. Una bajada de tipos es, por tanto, un signo de debilidad: se mete más dinero artificialmente en la economía para que los agentes económicos mejoren su confianza. En los mercados de tipos de cambio, esa es una señal de que la divisa puede bajar: el euro acaba de bajar a los 1,37 dólares por unidad. Eso hace inmediatamente más competitivas las exportaciones, que son más baratas. Y encarece las importaciones.

Bolsas: El expresidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, se especializó en subir y bajar los tipos en función de los sentimientos del mercado: en la pasada década, cualquiera de sus bajadas (y fueron muchas, hasta el extremo de que se ha acusado a Greenspan de hinchar la madre de todas las burbujas) era saludada por Wall Street con fuertes subidas. Draghi -que, por cierto, estudió en Estados Unidos- ha decidido tocar esa varita con la vista más puesta en la amenaza de recesión europea que en las Bolsas. Pero los mercados han reaccionado de inmediato, con una aceleración de las subidas en los principales parqués europeos. No obstante, han ido perdiendo fuelle a medida que avanzaba la sesión.

Deuda: No hay un vínculo tan directo entre la deuda y los tipos como el que existe entre las Bolsas y el precio del dinero. O no había: la prima de riesgo española ha bajado 9 puntos después del anuncio del BCE, hasta los 354 puntos básicos. Esta mañana estaba en 382. Aunque no toda la mejora cabe atribuírsela a los tipos: el BCE puede estar comprando deuda en los mercados.

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