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El Santander capta 1.000 millones en cédulas a cinco años y paga un alto precio, el 4,65%

Íñigo de Barrón

El Santander ha seguido la estela del BBVA, que el martes abrió los mercados financieros, y colocó ayer una emisión de cédulas hipotecarias a cinco años por un importe de 1.000 millones de euros. La demanda registrada fue de 1.300 millones, según fuentes de la entidad. La emisión se colocó a un precio considerado elevado por los analistas: 2,25 puntos porcentuales por encima del midswaps, que es el tipo de interés de referencia para estas operaciones, es decir, el 4,65%

Al igual que le ocurrió al BBVA, este alto precio se debe a que el Santander es un banco español y por tanto se le aplican los altos diferenciales que tiene el Tesoro del Reino de España. La falta de confianza en los países periféricos del euro y las dudas sobre cómo afectará la regulación internacional a las grandes entidades, ha influido en el precio.

El BBVA también colocó sus cédulas con el mismo diferencial, 2,25 puntos, pero como eran a tres años se considera que las del Santander tienen un precio más bajo.

Los bancos colocadores de la operación son Barclays, Citi, Goldman Sachs y el propio Santander. La última operación de cédulas hipotecarias realizada por el Santander se produjo el 6 de abril de 2010, por un importe de 1.000 millones, pero en aquel caso el diferencial sobre el midswaps fue de 0,75 puntos porcentuales a un plazo de siete años, es decir, tres veces más barata. El 26% de los inversores fueron franceses, el 23% españoles, lo mismo que británicos y un 15% de alemanes. El resto, procedentes de otros países.

Los expertos destacan que un aspecto curioso de esta emisión, también aplicable a la del BBVA. Ambos bancos han colocado cédulas hipotecarias, que son activos basados en las hipotecas de máxima calidad. Esos préstamos cobran a los clientes el Euríbor más un punto porcentual aproximadamente, y sin embargo pagan 2,25 puntos. "Esta circunstancia significa que colocan ese papel perdiendo dinero o con márgenes negativos", explica José Manuel Amor, socio de Analistas Financieros Internacionales (AFI).

Entonces, ¿por qué se hacen? La respuesta, según ejecutivos financieros consultados, es que las emisiones "son un gesto para demostrar que los bancos españoles tienen la confianza de los mercados. Es más simbólico que real porque las cantidades no son muy elevadas", comentan. También apuntan que el Banco de España está detrás de este movimiento, para demostrar que hay demanda para el papel español y así quizá facilitar la colocación de los activos de los bancos de las cajas, que pronto llegarán al mercado.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.
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