"Italia está obligada al impago, pero España puede salir de esta sin hacerlo"
El laboratorio de ideas CEBR calcula que el excesivo volumen de la deuda pública italiana complica sus opciones para superar la crisis sin renegociar los plazos e intereses de sus bonos
El laboratorio de ideas londinense Centre for Economics and Business Research (CEBR) calcula que, ante el último episodio de turbulencias en los mercados financieros y el fracaso de los líderes europeos para solucionar la crisis, Italia se verá "obligada al impago" para poder salir del bache, "pero España puede salir de esta sin hacerlo". La clave, señalan, es la carga que supone el excesivo volumen de deuda pública de Italia, que de hecho es la segunda por tamaño del mundo por detrás de la japonesa.
El think tank ha publicado un informe firmado por su director ejecutivo, Douglas McWilliams, en el que compara la situación actual de ambos países y sus perspectivas de futuro. Y el retrato no deja en buen lugar ni a Roma ni a los políticos europeos. "El fracaso de los líderes europeos para solucionar los problemas económicos del euro antes de irse de vacaciones ha dejado a Italia y España en la estacada", afirma antes de incidir en la falta de compromiso de algunos de ellos. "El presidente Zapatero ha cancelado sus vacaciones de verano mientras el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, cuya vida cotidiana se asemeja a la de un club de vacaciones, en realidad no ha renunciado a su plan de verano salvo para hacer un discurso inusual en el Parlamento".
Para analizar las posibilidades de cada país de evitar el impago, el CEBR ha sometido a sus cuentas públicas a dos escenarios macroeconómicos diferentes. En el primero de ellos, sus tasas de crecimiento y costes de financiación se recuperan y en el segundo, ambos factores siguen empeorando.
Para España, incluso en el peor de estos dos escenarios su deuda pública no llegará a superar el 75% de su Producto Interior Bruto (PIB), aunque esto depende de las pérdidas que deba afrontar su sistema financiero en su inversión inmobiliaria y de que este deterioro en las cuentas de la banca no desemboque en la necesidad de inyectar fondos adicionales en el sector. "Hasta el momento, lo han conseguido", resalta el analista antes de recordar que la fortaleza de España está en estos momentos en el tirón de sus exportaciones. Pese al repunte del euro frente a otras divisas, lo que encarece los productos fabricados en el país a la hora de venderlos en terceros países, "el sector exterior mantiene su éxito".
Sin salir del mercado inmobiliario, el CEBR estima que la mayoría de propietarios de los inmuebles que permanecen vacíos son familias de clase media que aún no han optado por la decisión extrema de desplomar los precios para sacarlas al mercado. "Con los dedos cruzados, pero hay una posibilidad real de que España pueda evitar caer en suspensión de pagos y renegociar su deuda salvo que se vea arrastrada por el contagio", concluye.
Para Italia, las conclusiones son diferentes, admite. "La posición de salida de su deuda es mucho peor al llegar al 128% del PIB. Aunque Berlusconi se las ha apañado para cerrar un presupuesto ajustado, no es lo suficientemente ajustado. Y si los mercados continúan forzándole a financiarse a unos intereses del 6% -hoy sus bonos a 10 años cotizan al 6,2% en el mercado secundario y en su última subasta del 28 de julio tuvo que abonar una rentabilidad del 5,77%, la más alta desde febrero de 2000, para vender estos títulos en el primario- y su crecimiento sigue cercano al 0%, su deuda alcanzará el 150% en 2017", advierte. Además, en su opinión, "incluso si los intereses de su deuda volvieran al 4%, sus tasas de crecimiento serán demasiado anémicas como para impedir que baje del 123% en 2018".
"Son puras matemáticas", se justifica McWilliams, que recuerda que el mercado ha fijado en un interés del 7% para la deuda a 10 años el punto crítico sobre el que la situación de un país pasa a ser insostenible. No obstante, advierte de que con el lento crecimiento que afronta el sur de Europa por los planes de ajuste impuestos por Bruselas, esta línea roja está más cerca de 5.4%.
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