Iberdrola impugna la junta de ACS al cuestionar la situación real de sus cuentas
Galán compró un 0,0064% del grupo para poder demandar a Florentino Pérez
La eléctrica Iberdrola, enfrentada a su primer accionista ACS desde hace tres años, ha decidido averiguar si sigue siendo verdad aquello de que quien da primero, da dos veces. Ayer, la compañía que preside Ignacio Sánchez Galán anunció que ha impugnado la junta de ACS ante los juzgados de lo mercantil, adelantándose así a la impugnación de su propia junta que anunció el grupo constructor en marzo tras habérsele negado, una vez más, la entrada en el Consejo de la eléctrica. ACS controla un 12,7% de forma directa e indirecta.
La decisión de impugnar la junta de ACS, que mete de lleno el enfrentamiento entre Sánchez Galán y el presidente de ACS, Florentino Pérez, en el terreno judicial tiene un por qué y tiene un para qué. El por qué: las cuentas de la constructora -pese a estar auditadas por Deloitte sin salvedad alguna-, en opinión de Iberdrola, incluyen "numerosas infracciones de la normativa vigente y no muestran la imagen fiel del patrimonio, de la situación financiera y de los resultados del grupo constructor". Y el para qué: para defenderse de las aspiraciones de ACS de entrar en su Consejo y consolidar en sus cuentas la participación en la eléctrica porque lo considera un competidor directo en el mercado energético. ACS ganó el pasado año 1.952 millones, un 8,1% más que en 2008.
El pleito afecta, entre otros puntos, a la aprobación de la gestión del Consejo
Según explicaron fuentes de la eléctrica, la demanda, elaborada por Cortés Abogados, se presenta "en defensa de su modelo empresarial y del interés social, entendido como el interés común de todos los accionistas de un grupo independiente". El punto de apoyo de Iberdrola para abrir el frente judicial contra ACS fue la compra de 20.000 acciones de la constructora, equivalentes al 0,0064% del capital. Con esa baza, Iberdrola acudió a la junta de ACS, examinó su situación, calibró posibilidades, hizo constar su postura en votación y se reservó el derecho a emprender acciones.
Con todas las formalidades cubiertas, la eléctrica ha decidido emprender la ofensiva. La demanda de impugnación, presentada el martes y pendiente de asignación a un juzgado concreto, afecta a los acuerdos tomados en ACS relacionados con la aprobación de las cuentas anuales y el informe de gestión correspondientes al ejercicio de 2009, así como a la aplicación de los resultados y a la aprobación de la gestión del Consejo durante ese mismo ejercicio.
ACS recibió el inesperado anuncio con calma. Nada que decir, señaló un portavoz, hasta no conocer el contenido de la demanda, algo que, precisó, puede llevar varias semanas. En la junta de ACS celebrada en abril, el presidente del grupo, Florentino Pérez, se refirió a la polémica con Iberdrola confiando, dijo, en que "lo razonable acabe por imponerse". "No hay nadie que entienda que un accionista de referencia de una empresa no esté representado en su Consejo", añadió. La demanda es el penúltimo capítulo de un largo enfrentamiento que ha incluido intensos cruces de declaraciones en torno a la llamada "enmienda Florentino" para eliminar la limitación de derechos de voto en las empresas cotizadas y que no estará en vigor hasta la primavera de 2011. Sobre el futuro de ACS en Iberdrola, el presidente de Corporación Financiera Alba, Juan March (23,4% de ACS), indicó ayer que, a su juicio, ACS no alcanzará el 20% de Iberdrola "a corto plazo". Así, todo indica que las partes van a poder dar muchas vueltas al consejo chino: "Si se es 10 veces superior al enemigo, rodeadle. Si se es cinco veces más fuerte, atacadle. Si se tiene el doble de fuerzas, divididle. Si se está a la par, superadle mediante un buen plan".
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