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EE UU abandona la era de los grandes motores con consumos estratosféricos

Bush aprueba una ley histórica para reducir la dependencia a la importación de petróleo

Se acabó la época de los grandes motores basados en el gasto estratosférico de gasolina en EE UU, donde los precios históricamente bajos de la gasolina han permitido a la industria de este país potenciar este tipo de vehículos. La pasada madrugada, el presidente George W. Bush ha promulgado una ley energética que reducirá el consumo promedio de combustible de los coches estadounidenses en medio de grandes elogios de demócratas y republicanos, pero fuertes críticas de grupos ambientalistas que la calificaron de insuficiente.

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Ahora, se espera que con esta medida EE UU empiece a reducir su dependencia en combustibles fósiles importados y ayude a controlar el fenómeno del calentamiento global como el mayor consumidor de energía en todo el mundo.

"Esta dependencia nos perjudica económicamente debido a los elevados y volátiles precios en las bombas de gasolina. Esta dependencia genera contaminación y produce emisiones de gases de invernadero", ha afirmado Bush al firmar la ley.

Además, "amenaza nuestra seguridad nacional al hacernos vulnerables a regímenes hostiles y regiones inestables en el mundo. Esto nos hace vulnerables a los terroristas que podrían atacar infraestructuras petroleras", ha agregado. No obstante, los grupos ambientalistas le dieron una reacción tibia a la ley energética.

"A pesar de que nos agrada que Bush se haya decidido firmar una ley que por primera vez en 30 años aumenta los estándares de combustible para los automóviles, hay que señalar que no es una ley contra el calentamiento global. Hubo partes del proyecto de ley que el presidente dijo que tenían que ser eliminadas para que él lo pudiera convertir en ley", ha reaccionado el portavoz de calentamiento global de Greenpeace en EE UU, Christopher Miller.

Miller hace referencia a que durante las negociaciones entre los legisladores se descartaron los planes de gravar empresas petroleras y establecer metas de consumo flexibles.

Críticas a la falta de incentivos fiscales

Por su parte, los representantes de las industrias que fabrican dispositivos que utilizan energías alternativas han calificado la ley como un retroceso debido a la falta de incentivos fiscales par promover proyectos de energía eólica y solar.

En este sentido, la ley incrementará por primera vez desde 1975 el requisito mínimo de autonomía de consumo de vehículos automotores. Así, los fabricantes de autos y camiones producidos en Estados Unidos deberán elevar el rendimiento promedio de sus vehículos en un 40% a 35 millas por galón (6,7 litros por cada 100 km) hasta 2020.

Además establece el desfase del uso de bombillos incandescentes hacia la mitad de la próxima década para reemplazarlos con lámparas fluorescentes.

"Es algo innovador lo que se propone hacer con esta ley", ha afirmado la presidenta de la cámara baja, Nancy Pelosi, durante el proceso de ratificación del proyecto.

Con esta ley, se espera que EE UU logre recortar unos cuatro millones de barriles de su consumo diario de petróleo hasta 2030. Además, sus ponentes han asegurado que los automovilistas podrán ahorrar unos 1.000 dólares al año de media.

Para lograrlo, el componente de fuentes de energía alternativas se centrará en el etanol, cuya producción debería quintuplicarse a 36.000 millones de galones (136.800 litros) hasta 2020.

Sin embargo el experto en medio ambiente de la Universidad de Cornell, David Pimentel, ha cuestionado la lógica de tratar de usar el etanol para reemplazar al petróleo.

"Hay que utilizar 1.700 galones (6.435,2 litros) de agua para producir un galón (3,785 litros) de etanol y también se utilizan grandes cantidades de substancias químicas en la producción. Y además si tuviéramos todo el etanol producido en Brasil y todo el etanol que se produce en Estados Unidos, nos suministraría el máximo de 2% de todo nuestro consumo de petróleo. Eso no nos va a hacer independientes del petróleo", ha afirmado Pimentel.

REUTERS

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