Una mina cargada de talento
El nacionalizado Mirotic sorprende con 20 años por su puntería, ambición y tranquilidad
Ayer cumplió 20 años y está decidido a convertirse en una estrella. Nikola Mirotic (Montenegro, 1991) comenzó jugando al fútbol pero pronto dio el estirón. "Me puse rápidamente en 2,06 y los médicos me dijeron que podría llegar hasta 2,13, y me pasé al baloncesto", contaba a su llegada a España en 2006. Desde entonces no ha parado de crecer en todos los aspectos. Comenzó a jugar en la Joker School de Podgorica, su ciudad natal. La escuela, vivero de talentos, organizó un campus en Zaragoza. Allí estaba Mirotic y, en las gradas, Alonso de Madariaga, responsable de la cantera blanca, que se quedó prendado del chaval y apalabró su fichaje. "Hacía muchas cosas y todas bien, era completísimo, era especial hasta en la mirada", recuerda Madariaga.
Desde su aterrizaje en Madrid con 15 años, comenzaron sus destellos. Con el equipo júnior se proclamó campeón en el circuito sub 20 en 2008 y fue nombrado mejor jugador del torneo de L'Hospitalet dos años consecutivos. El segundo de ellos protagonizó un capítulo enciclopédico al lograr 35 puntos sin fallo, 23 rebotes, dos asistencias, nueve recuperaciones, seis tapones y 10 faltas recibidas para completar un increíble 84 de valoración ante el Zeleznik.
Joan Plaza cuidó con celo su evolución y apenas le concedió siete minutos repartidos en cinco partidos en sus primeros contactos con el primer equipo en la temporada 2008-2009. En unos meses, pasó de escuchar cómo se hablaba de él en Vistalegre a ser cedido al Palencia. "Les mandamos un niño y nos devolvieron un hombre", resumió Messina.
En marzo pasado logró la nacionalidad española y en verano debutó como internacional en el Europeo sub 20 de Croacia: bronce para España y una plaza en el quinteto ideal.
A pesar de su trayecto prometedor, a Mirotic le costó entrar en los planes de Messina. Sumó únicamente 23 minutos en los 13 primeros partidos, entre ACB y Euroliga. "Poco a poco consiguió ganarse la confianza de los compañeros, más que la mía. Cuando veo que un jugador cuenta con la confianza del resto del equipo, no tengo ningún problema en meterlo porque sé que nos ayudará", cuenta ahora Messina. "Nos ha sorprendido que estuviera a este nivel. Tiene mucha puntería y la tranquilidad para lanzar en momentos importantes. Pero hay que prepararle porque no siempre va a ser todo bonito". En lo que va de año ha multiplicado su aportación. Ha pasado de jugar 8,4 minutos de media en 2010 a disputar 21,9 y de anotar cuatro puntos a 12,8 por encuentro. Se consagró en Siena liderando una victoria inverosímil con 16 puntos y cuatro de cuatro en triples.
"Soy ala pívot [mide 2,09], yo me considero un cuatro. Me gustaría parecerme a Felipe Reyes por su lucha y su carisma y a Nowitzki porque es un jugador total, tira de tres, puede penetrar, anota, rebotea y asiste. Este año va ser el año más importante de mi carrera, tengo que trabajar mucho, mejorar en defensa y tratar de aprovechar cada minuto que tenga", anuncia Mirotic. El club le protege y le prohíbe las entrevistas. "Nos sorprende que asuma tanta responsabilidad. Es un superclase. Tiene pasión por el baloncesto, inteligencia, ambición y ganas de triunfar, sus manos son una mina cargada de puntos", relata con pasión Alberto Herreros, director deportivo de la sección. "Siempre con los ojos y los oídos bien abiertos para aprender y escuchar", refrenda Alberto Angulo, responsable de la cantera blanca. Scariolo ya le tiene en su agenda para la selección absoluta. Deberá elegir entre Ibaka o Mirotic. "Me sorprende su continuidad de rendimiento", cuenta el seleccionador, "hay que dejarle evolucionar sin presionarle".
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