El Atlético sigue a lo suyo

Juanito, un outsider de 33 años que llevaba dos meses largos castigado sin jugar, un veterano en el punto de mira de Quique Flores que alcanzó su clímax tras su nefasta actuación en la ida copera en Huelva, un desastre que obligó al milagro de los panes y los peces para seguir en la pomada, solucionó anoche un engorroso partido contra el Deportivo que acercó al Atlético un poquito más a Europa. Su insistencia ante Aranzubia en una noche por momentos soporífera premió a un equipo con una fe a prueba de bombas , que termina los partidos mejor que los comienza y que se reinventa cada día.

Sin el oficio que le permitió volar alto en la primera vuelta, el Deportivo, plano y con seis jugadores en la enfermería, se desinfló ante un Atlético que volvió a jugarse los garbanzos con lo justo. El desgaste al que está siendo sometida la plantilla ha alcanzado tal punto que Quique Flores dio salida a dos jugadores a los que había desterrado de sus planes. Juanito y Camacho ocuparon los huecos que dejaron libres las lesiones (Valera y Reyes) y las rotaciones derivadas del cansancio (Raúl García y Assunção). El zaguero, que inició la temporada como la pareja titular de Ujfalusi en el eje de la defensa, cumplió el expediente con nota, aunque Adrián, a las primeras de cambio, le dejó en evidencia anudándole la cintura con un doble recorte que concluyó con un remate por encima del larguero. Desconectado Valerón y desaparecido Guardado, el Deportivo no volvió a dar más guerra salvo en una falta que lanzó Iván Pérez con todo resuelto y De Gea envió a la grada en una estirada imposible.

A la espera de Agüero y Forlán, muy predecibles las gambetas del Kun y muy desviados los tiros lejanísimos del bota de oro hasta la puesta a punto en la segunda mitad, la inocencia blanquiazul animó a la última línea del Atlético a alguna que otra aventura. Cómodo por la orilla, Ujfalusi dio salida al balón por el costado y se mostró como uno de los apoyos más fiables de Tiago, que no estuvo tan dicharachero como en anteriores ocasiones. Acostumbrado a la escolta de Assunção, el organizador notó la falta de sintonía con Camacho, habitual moneda de cambio en los minutos de la basura y que se encontró titular por segunda vez en el curso.

Al canterano le costó reencontrar las sensaciones. Más exuberante se mostró Juanito, que coronó su actuación con un gol que puso al Deportivo patas arriba. El abuelo del Atlético cabeceó a las manos de Aranzubia un centro a la carta de Simão desde la izquierda. El rechace lo rebañó Antonio López y el cuero volvió a caerle a Juanito, que esta vez no perdonó.

Fue la primera vez que la defensa del Deportivo capituló, pero no la última. Forlán, con la caña preparada, sin gastar un gramo extra de energía, aprovechó otro gravísimo error de Lopo y Colotto, que abrieron el camino a Agüero para que chutara al muñeco. El despeje le cayó a Simão, que colocó el balón al palo largo como si estuviera en el billar, pero también se encontró con un portero que parecía un pulpo hasta que surgió el charrúa para reconciliarse con la grada. La guinda la puso una jugada de manga de Ujfalusi. El checo tiró una pared con Forlán y se fue de Laure para cruzar el balón atrás, atento a la llegada de Tiago, que finiquitó con holgura a un Deportivo que cosechó su cuarta derrota consecutiva.

Goleada del Atlético