El valor de las fuentes

Los siempre efectivos razonamientos de las fuentes bien informadas. Con nombres y apellidos. Sin subterfugios. Eso es, ni más ni menos, lo que avala al documental Al descubierto: guerra en Irak, dirigido por Robert Greenwald, veterano productor neoyorquino de filmes de ficción para el cine y la televisión.

Lejos de Fahrenheit 9/11, documental cargado de rabia, fuerza, sentido del humor y del espectáculo, pero también de cojeras en el tratamiento de las fuentes, de afirmaciones que se quedaban en medias verdades, Al descubierto apenas sí utiliza la voz en off de un narrador. La palabra la tienen en todo momento los inspectores de armamento, los funcionarios de servicios exteriores de la CIA, los asesores presidenciales anteriores al 11 de septiembre, dos antiguos secretarios de Defensa, un ex director de la CIA y un ex embajador en Arabia Saudí. Apenas si hay interpretación de los hechos. Las conclusiones, como si de los miembros de una comisión de investigación se tratara, deben ser desentrañadas por el propio espectador. Frente a la sobrecarga de peso específico y de egocentrismo de Michael Moore, Robert Greenwald basa su documento en declaraciones de expertos y, naturalmente, en las imágenes del conflicto, en el archivo-recordatorio de los hechos y en las comparecencias públicas del presidente George W. Bush. Al descubierto: guerra en Irak fue estrenada en Estados Unidos el 20 de agosto en siete salas de cine y recaudó apenas 31.000 dólares. Es la contrapartida de los 120 millones obtenidos por la película de Moore.

Las conclusiones del documental deben desentrañarlas los propios espectadores

Greenwald y sus colaboradores tampoco mienten sobre su intención, que, como ya ocurría con Fahrenheit 9/11, no era más que la salida de la Casa Blanca del candidato republicano. Así, la película está financiada por The Center for American Progress, organismo cuya denominación no deja lugar a dudas sobre sus ideales, mientras que Greenwald es fundador de Artists United, agrupación de actores opositores a la guerra de Irak.

Dos cuestiones principales centran la atención de Al descubierto. La primera, ¿por qué Bush y su Gobierno tenían (y pedían) tanta prisa por invadir Irak y sin embargo tenían (y pedían) tanta paciencia para lograr encontrar las armas de destrucción masiva? La respuesta, como dice una de los expertos, probablemente esté en el origen de todo, y éste se puede encontrar incluso en Internet, la madre de todas las fuentes: se llama Programa para un Nuevo Siglo Americano y está creado por buena parte de los que al parecer se han beneficiado con la guerra.

El segundo eje que mueve el documental de Greenwald es el análisis de la estrategia conservadora de acusar a las voces contrarias a la guerra por ir en contra de su propio país. Ante semejante argumento sólo cabe una de las frases más certeras que se oyen en el documental, pronunciada hace más de 100 años por el escritor Mark Twain, pero extrapolable a cualquier tiempo y lugar: "Patriotismo significa apoyar siempre a tu país y a tu Gobierno cuando lo merecen".