Cuando la ficción pasa a ser realidad
"Odio oír hablar de las mujeres como si todas fuéramos damas refinadas en lugar de seres racionales", clamaba la protagonista de la novela de Jane Austen Persuasión, trasunto de la propia autora. Como era habitual en los textos de la escritora, sus heroínas ejercían de altavoz para su espíritu crítico con la sociedad que le tocó vivir, modelo de mercantilismo amoroso y de ambiciones disfrazadas de galantería. Poco se sabe de la vida amorosa de Austen, que siempre permaneció soltera, salvo una carta en la cual la escritora habla a su hermana del que podría haber sido el único amor de su vida. Así que basándose en esa histórica misiva, y elucubrando sobre tal relación amorosa, el inglés Julian Jarrold ha creado La joven Jane Austen.
LA JOVEN JANE AUSTEN
Dirección: Julian Jarrold. Intérpretes: Anne Hathaway, James McAvoy, Julie Walters, James Cromwell, Maggie Smith. Género: drama. Reino Unido, 2007. Duración: 120 minutos.
En la línea de cintas como Shakespeare in love (John Madden, 1998) o la inminente Las aventuras amorosas del joven Molière (de estreno el 16 de noviembre), la película resucita la estructura, el lenguaje, el retrato de personajes y el espíritu reprobador de la obra de Austen. En una notable operación de reciclaje, la madre de la novelista es un remedo de las ambiciosas matriarcas de sus ficciones; el padre es el habitual hombre de achantada apariencia pero de juicioso y resolutivo carácter; y las habituales sentencias en torno al amor, la independencia de la mujer y el decoro son desperdigadas a lo largo de la historia con buena cadencia, lo que acaba conformando una especie de película-fotocopia de gran eficacia.
"El amor está muy bien, pero por desgracia no podemos confirmar que el corazón nos guíe en la dirección adecuada", decía una vieja arpía en Sentido y sensibilidad. "El afecto es apetecible; el dinero, en cambio, es absolutamente indispensable", clama la madre de la escritora en La joven Jane Austen: una ficción con personajes reales, basados en papeles novelescos. Puro metalenguaje.
Babelia
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