Tras los sepulcros vendidos
El alcalde de Sort quiere que se negocie con el Metropolitan
"El esquí y el piragüismo no es lo único que hay en esta comarca. También está su patrimonio". Agustí López, alcalde de Sort, la capital de la comarca pirenaica del Pallars Sobirà, lo tiene claro. En los últimos años ha comenzado una particular batalla para recuperar el arte religioso creado en estas pequeñas localidades en la Edad Media, que se vendió, expolió y repartió por muchos museos del mundo a principios del siglo XX. El pasado día 17, López, que también es diputado de CiU en el Parlament, consiguió que los grupos políticos aprobaran por unanimidad su propuesta de resolución para que la Generalitat entre en contacto con uno de estos museos, The Cloisters, dependiente del Metropolitan de Nueva York, para comprar cuatro sepulcros góticos que se exponen allí desde hace un siglo.
Las sepulturas realizadas, en el siglo XII, pertenecen a los condes de Urgell, Ermengol VII y su mujer Dulce de Foix, que mandaron ser enterrados en el monasterio de Santa Maria de Bellpuig de les Avellanes, que habían fundado, y las de Ermengol X y su hermano el conde de Àger. Las cuatro fueron vendidas en 1906 por el dueño del monasterio -el banquero leridano Agustí Santesmasses- a un anticuario de Vitoria por 15.000 pesetas, quien las vendió a un coleccionista americano.
"La resolución obliga a la Generalitat a ponerse en contacto con el Metropolitan para ver su voluntad de vender estas piezas. Se trata de abrir un puente para conseguir que vuelvan", asegura López. La petición puede parecer extraña, pero tiene precedentes. En 2007 el Metropolitan ofreció una escultura del siglo XIV de san Antonio al Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) y acabó siendo comprada por el Museo Diocesano y Comarcal de Lleida por tan sólo 2.000 euros. "Fue un chollo. Nos costó más el transporte y los seguros que comprarla", explica Albert Velasco, conservador del museo leridano. "La legislación de Estados Unidos permite la venta de obras, y son muchos los centros que venden material para comprar otras piezas más acordes con sus colecciones", asegura. Esta obra, atribuida a Guillem de Solivella, se expone ahora junto a otras de la escuela de Lleida.
La venta de los sepulcros ya causó un gran revuelo en la época. Según Velasco, que define los sepulcros como "cuatro joyas de la escultura gótica catalana", los diarios de la época se hicieron eco del asunto, sobre todo tras la oposición del obispado de Urgell y de Francesc Macià, por entonces diputado por Les Borges Blanques. Fuentes de la Generalitat explican que estudiarán la forma más adecuada de conseguir que la piezas vuelvan a Cataluña. "Nos conformaríamos con que volviera uno o que se pudieran exponer un tiempo las piezas en el monasterio para el que fueron creados. Serían un buen reclamo para el turismo cultural", asegura el regidor.
No es la primera iniciativa de Agustí López. Por ejemplo, tras 11 años de negociaciones consiguió una copia del retablo gótico del siglo XV de la parroquia de Enviny, que se exhibe en dos museos americanos. Y desde agosto de 2008, en Montardit de Dalt es posible ver la cruz gótica robada en 1921, tras ser localizada en el Museo Maricel de Sitges y conseguir que la Diputación de Barcelona la cediera.
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