Vuelve el trébol, vuelve la motocicleta catalana Ossa

El 29 de diciembre de 2006, Joan Gurt encontró por fin el trébol de cuatro hojas que llevaba buscando desde hacía tiempo. Ese día adquirió la licencia de Ossa, la marca de motos catalana que desapareció a mediados de la década de 1980. A partir de ese día, Gurt y un grupo de tres accionistas más comenzaron el proyecto que cuatro años más tarde les permitirá presentarse por todo lo alto, este domingo, en el Indoor de Barcelona en el Palau Sant Jordi, con la nueva Ossa TR280i, la moto de trial más ligera del mundo (64,5 kilos el modelo de serie).

"Cuando conseguimos la licencia, lo primero que hicimos fue reunirnos y elaborar un plan estratégico y de viabilidad. Ossa llevaba más de 20 años parada, nadie había hecho nada con ella, pero yo sabía que el trébol aún tenía tirón", explica Gurt, que estructuró la marca en dos divisiones, una dedicada al desarrollo de motos y otra centrada en una línea de moda vintage, aprovechando el carácter de la marca.

En el aspecto mecánico, si algo tenían claro los nuevos propietarios, todos ellos catalanes, era que querían ofrecer algo extraordinario, una propuesta nueva y tecnológicamente rompedora. Contrataron a un grupo de ingenieros, alguno llegado de Gas Gas, como Josep Serra, y se pusieron en manos de Marc Colomer, el piloto que en 1996 rompió la racha de títulos mundiales de Jordi Tarrés. Tecnológicamente, los derroteros del motociclismo de competición en general apuntan hacia los motores de cuatro tiempos. Pero el trial va a su bola y eso lo han aprovechado los ingenieros de la marca para desarrollar un propulsor de dos tiempos de inyección electrónica."Lo primero que hice fue pensar en la gente que iba a comprar la moto, no en la competición. Primero todo fueron reuniones técnicas y luego, cuando tuvimos hecha la primera unidad, me dediqué a probarla por la montaña", cuenta el campeón del mundo de 1996.

El año pasado por estas fechas, Marc Colomer asistió al Trial Indoor de Barcelona entre suspiros, y este domingo verá como Jeroni Fajardo, el piloto que ha contratado el constructor para participar en el Mundial, toma parte en la prueba que se celebrará en el Sant Jordi. En la primera cita del curso, hace un par de semanas, en Marsella, Fajardo terminó el quinto.

"La competición no es más que nuestra punta de lanza. Lo que nos interesa es la gente que disfruta con la moto", puntualiza Gurt, que tiene perfectamente calibrado el recorrido que debe seguir, tanto empresarial como deportivamente: "Las primeras 1.200 unidades que hemos fabricado de la TR280i ya están vendidas. Ahora haremos otras 2.500. En 2011 presentaremos un nuevo modelo que se parecerá mucho a la mítica Mick Andrews y dentro de dos años sacaremos la de carretera, que se asemejará mucho a la Yankee". Al igual que Ferrari, Ossa solo fabrica por encargo y divide el año laboral en dos periodos de cuatro meses. Durante el primero se encarga de investigar y desarrollar el producto, y durante el segundo, de fabricarlo.

Colomer y Fajardo se han dado un hartón de dar brincos por los alrededores de Girona, el cuartel general de la escudería. Ninguno de los dos se marca objetivos a nivel deportivo, pero Gurt, el propietario, sí: "Nuestro plan estratégico está planteado a cuatro años vista y antes de que concluya ese periodo tenemos que ganar el título. De momento, todos los plazos que nos hemos marcado los hemos ido cumpliendo".

A la espera de saber qué recorrido deportivo tendrá este nuevo equipo, serán muchos los que el domingo se llevarán una alegría al ver brincar a alguien por el Sant Jordi encima de una moto blanca y verde, y con un trébol de cuatro hojas como escudo. Ha vuelto el trébol, ha vuelto Ossa.