Última reventa en la Monumental para José Tomás
Las entradas, casi todas agotadas, se ofrecen a partir de 100 euros - Los revendedores, seguros de colocarlas todas
Seis de la tarde en la Monumental. Dentro de tres días, el diestro José Tomás cerrará la historia del toreo en Barcelona en la que se presenta como la última corrida antes de la prohibición de la fiesta en Cataluña. En los alrededores de la plaza, un ligero trajín anuncia la jornada que se avecina. Cámaras de televisión se afanan en tomar imágenes de los carteles; algunos aficionados se dejan ver y miran la fachada de la plaza con la esperanza de poder volver a disfrutar de los toros. Con las casi 20.000 entradas prácticamente agotadas -solo queda el 5%, que se debe vender obligatoriamente la mañana previa a la corrida-, los reventas se pasean con afán de hacer negocios. El ritmo de venta, a tres días de la actuación, es todavía bajo. Pero los revendedores confían en que Tomás no les fallará: la Monumental siempre ha presentado un lleno absoluto para recibir al diestro, y su actuación en la última corrida de Barcelona no puede ser una excepción.
Manuel (nombre falso) lleva muchos años en la reventa. A sus 71 años, se jacta de ser "el más veterano de Barcelona". No esconde su función, aunque toma precauciones: en la mano lleva las entradas menos valiosas -las que pertenecen a la programada para el sábado, previa a la de José Tomás, que vende incluso más baratas que en taquilla- y se guarda a buen recaudo las valiosas. Manuel, como el resto de revendedores, dispone de un buen fajo de localidades. Pese a que el límite por cada comprador es de cuatro entradas, los profesionales se organizan para disponer de un gran número de boletos antes de la corrida. El precio de salida, en la calle, es de unos 100 euros para el último tendido de la zona de Sol. En taquilla, costaban 45 euros.
3.500 euros en Internet
Las entradas en Internet alcanzan precios desorbitados: hasta 3.500 euros por una de las mejores entradas de sombra, aunque la mayoría de revendedores coincide que "nadie paga esa cantidad". El precio en la calle es más o menos el mismo entre los que se agolpan frente a las taquillas de sombra de la plaza de toros Monumental. En la Red, cada uno va por libre. "Son vendedores novatos, que solo buscan especular. Ponen un precio muy alto por si alguien pica. Luego, el domingo antes de la corrida, son los que venden la entrada más barata, porque si no, no recuperan ni el dinero", cuenta Juan, otro reventa.
"Confío en poder venderlas", responde al teléfono José, uno de los poseedores de entradas para la corrida del domingo que ha colgado un anuncio en Internet. Vende una entrada para el Tendido 12, en sombra, por 500 euros. La misma entrada, en la taquilla, cuesta 85 euros. "Si no las puedo vender, pues iré yo. Si me lo pagan, pues ganaré lo que gano en un mes", agrega.
Tras consultar en Internet, Rafael, de 65 años, habitual de la plaza, decide tentar la suerte en las puertas de la Monumental. Compra una entrada del tendido 9, Sol, -41 euros en taquilla-, por 100. Lo más barato que había encontrado en la Red eran 200 euros, y las adquiere en la calle, satisfecho. "Esperaba que me las comprara un amigo en Sevilla, y falló. Vale la pena para ver a José Tomás", responde. El vendedor, con la compra de Rafael, ha colocado 25 entradas esta semana. "Un ritmo bajo, de momento", se lamenta. A pocos metros, Manuel, que se paseaba con un fajo, logra vender otra, y se despide de su comprador. "Ya sabes, tienes mi tarjeta para lo que quieras. También tengo entradas para el fútbol". Los toros se acaban en Barcelona, pero el negocio de la reventa, sigue.
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