Rosell dice que abaratar el despido "no es la prioridad" en la crisis
La patronal Fomento critica la subida salarial de los funcionarios
La patronal catalana Fomento se desmarcó ayer de la CEOE y recalcó que el abaratamiento del despido o una reforma laboral "no es la prioridad" que ahora haya que abordar para salir adelante de esta severa crisis económica internacional pese a ser -y seguir siendo- una reivindicación tradicional entre el empresariado. El presidente de CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, consideró la semana pasada que la economía internacional atraviesa "la peor crisis que ha pasado el mundo occidental" y para superarla propuso ayer "un abaratamiento" del despido, así como una flexibilización del mercado laboral.
El presidente de Fomento, Juan Rosell, ayer, se pronunció en otro sentido: "No hablaremos de reformas laborales ahora porque no toca; en este momento el problema que tenemos es la falta de liquidez. El edificio está en llamas y hay que apagarlo, para eso necesaria la liquidez". La misma tónica para el coste del despido. "En este momento no es la prioridad, como las infraestructuras, también nos preocupan, pero ahora estamos hablando de vida o muerte", recalcó.
El dirigente empresarial puso el acento en la falta de liquidez que bloquea el sistema: si los bancos no prestan dinero, las empresas no invierten, generan menos actividad y empleo y la economía sigue estancada.
Por ello, reclamó que los 30.000 millones de euros que el Gobierno central ha prometido inyectar en el sistema financiero (ampliables hasta 50.000 millones) sean una realidad cuanto antes y lleguen a las pequeñas y medianas empresas. Para muchas, es tarde. Según Rosell, "aunque saldremos de ésta, muchas empresas van a cerrar".
Esta defensa de la liquidez como prioridad, por delante de las reformas laborales, no fue óbice para que la organización empresarial catalana defendiera ayer de nuevo un modelo de contrato indefinido más flexible, que fomente este tipo de contratación frente a la eventual. Según Rosell, en el último año "ha ido bajando el peso del empleo temporal porque son los que se van al paro, y resulta que son las personas más jóvenes".
Rosell habló de algo parecido a un reparto solidario de los efectos de la crisis. "En esta crisis la palabra solidaridad es necesaria porque afecta a cinco grupos de personas de forma muy diferente entre sí", apuntó. No se pronunció sobre si los frutos de las épocas de bonanza también debían distribuirse en este concepto de solidaridad.
"Hemos de ser más pobres los ciudadanos, las empresas y las administraciones. Y el ajuste ha de afectar a todos por igual: a los 2,6 millones de funcionarios, a los 12 millones de trabajadores fijos, a los 5 millones de temporales, a los 2,4 millones de parados y a los 8,5 millones de pensionistas", insistió.
Rosell puso como ejemplo los 2,6 millones de funcionarios que tienen garantizada en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) una subida salarial de "casi el 4%", algo que recordó "no tendrán el resto del colectivo de trabajadores" y consideró que el incremento de los funcionarios debería ser "la media de incremento de los demás trabajadores".
Montilla pide optimismo
Desde México, el presidente de la Generalitat, José Montilla, se refirió a las preocupaciones de los empresarios catalanes y apostó por tener una actitud "ofensiva y realista" para encarar la crisis con "optimismo".
Ésta es la actitud que, según Montilla, tiene el Ejecutivo catalán, que se está implicando "activamente en el proceso de apertura de la economía y de internacionalización de las empresas catalanas".
"Conviene que los empresarios catalanes tengan conciencia de que el Gobierno catalán está a su lado", señaló el presidente, destacando que el objetivo de la Generalitat es que las empresas dispongan de más recursos y apoyos en los campos de la innovación y la internacionalización en el marco de una economía global.
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