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Reportaje:

Maestros de la persuasión

En dos años, Galicia Bilingüe se ha hecho un hueco en la agenda política. La oposición atribuye su auge al PP

Se reúnen en cafeterías porque no tienen local propio. Trabajan desde casa. Y se financian con las cuotas de los socios (18 euros al trimestre) y las aportaciones puntuales de los simpatizantes. Galicia Bilingüe nació el 24 de octubre de 2007 con el propósito de "defender el derecho de los padres a elegir la lengua vehicular en la que sus hijos han de ser educados y, en general, el derecho de los ciudadanos a escoger en cuál de las dos lenguas oficiales la Administración ha de comunicarse con ellos". Casi dos años después y, según sus propios números, el apoyo de 1.000 socios y 4.000 simpatizantes, el colectivo ha logrado un hueco en la actualidad mediática y política. Declaró la guerra a A Mesa pola Normalización Lingüística (23 años de experiencia y 3.000 socios), reunió a 3.000 personas -con la plana mayor del PP incluida- en una manifestación preelectoral y la Xunta cumple ahora su mayor reclamación: preguntar a los padres en qué lengua quieren que estudien sus hijos.

"Antes yo llamaba a los periodistas, ahora es al revés", cuenta Gloria
Lago El PP insiste en que sólo "coincide" con la asociación en "algunos aspectos"

"Trabajo como una auténtica termita, incluso cuando como. Siempre estoy inventando cosas". Gloria Lago, profesora de inglés en un instituto de Vigo, desvela uno de los "secretos del éxito" de la asociación que preside, a la que dedica "todo el tiempo libre, fines de semana y vacaciones". Ella es la imagen pública de Galicia Bilingüe. Es quien sale en los periódicos, en la televisión, en la radio. Y también quien recibe amenazas en forma de pintadas en su coche. Parece que ella sea Galicia Bilingüe. Pero, como en cualquier asociación, hay también un vicepresidente, José Manuel Pousada, una tesorera, un secretario y dos vocales. Ninguno con experiencia asociativa anterior. Entre ellos, se reparten todo el trabajo. Pousada, marido de Lago, responde las preguntas que, aseguran, todos los días saturan el correo electrónico de la entidad. "Es el pañuelo de la gente que sufre la imposición del gallego", cuenta la presidenta. No tienen administrativo y sólo cobra un informático que actualiza la página web y un periodista que ayuda a Lago a atender a la prensa. "Antes era yo quien llamaba a los periodistas, ahora me llaman ellos", cuenta orgullosa.

Ése es, para ella, el punto de inflexión en la carrera de Galicia Bilingüe, "cuando la prensa empieza a reflejar el malestar que se vive en la calle". De repente, la entidad que "pretende informar sobre los efectos negativos que la inmersión lingüística produce en los escolares", reza su página web, y ser "un cauce de las protestas por abusos o coacciones relacionadas con la aplicación del Decreto [do Ensino en Galego]" da el salto. Su discurso está en la calle y en los medios de comunicación. Y se incorpora, como un actor más, al debate lingüístico en Galicia.

Para los grupos parlamentarios de la oposición, el máximo responsable del auge de Galicia Bilingüe es el PP, que dio a la asociación "amparo, aliento, cobertura y visibilidad", según el portavoz del PSdeG, Xaquín Fernández Leiceaga. Para la oposición, Feijóo acuñó la versión autonómica de lo que el partido ya hizo desde Génova con el Foro de la Familia o la Asociación de Víctimas del Terrorismo. Carlos Aymerich, del BNG, acusa además a algunos medios de comunicación de "dinamizar un caldo de cultivo que sólo existía en sectores radicalizados". Fue entonces cuando el diario El Mundo pedía firmas de apoyo al Manifiesto por la lengua común a la vez que publicaba historias de damnificados por la cooficialidad de lenguas.

El portavoz del Grupo Parlamentario Popular, Manuel Ruiz Rivas, cree, en cambio, que el mensaje de Galicia Bilingüe caló en la sociedad por "el principio de acción-reacción". "El bipartito aplicó un modelo lingüístico [aprobado por unanimidad por las tres fuerzas políticas] basado en la imposición, y por eso la ciudadanía respondió".

La cercanía entre el PP y Galicia Bilingüe, que para Leiceaga y Aymerich es "una estrategia irresponsable" de la que ahora es "prisionera" el partido de Feijóo, se reduce, según Ruiz Rivas, a "alguna coincidencia concreta en la defensa por la libertad del uso de las lenguas". Y advierte: "No hay una simbiosis absoluta porque el PP tiene una base social mucho más amplia". Pero el pasado 8 de febrero, allí estaban, junto a Gloria Lago en la Alameda de Santiago, Alfonso Rueda, Ana Pastor, Corina Porro, Carlos Negreira e Ignacio López-Chaves entre otros cargos del PP, en primera fila de la manifestación que pedía "libertad para elegir". Tres meses después, más de 30.000 personas defendían "el derecho a vivir en gallego" en una concentración histórica convocada por A Mesa. Ni rastro del PP ni del PSdeG.

Lago celebra el relevo en la Xunta, pero no se da por satisfecha. Feijóo ya le dio el primer disgusto con la elección de Anxo Lorenzo -próximo a los socialistas- como secretario general de Política Lingüística. "Pensé que los cambios iban a ser más contundentes", lamenta, "el nuevo Gobierno está muy presionado y tardará en cumplir sus promesas". Por eso, la asociación "seguirá informando y denunciando el adoctrinamiento". La próxima cita es en septiembre, en unas jornadas sobre bilingüismo que saldrán gratis a la entidad. La financiación correrá a cargo de la Diputación de Pontevedra.

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