_
_
_
_
Entrevista:CONCITA DE GREGORIO | Periodista y escritora

"Es el final de una época en la que la gente no se siente representada"

La escritora y periodista italiana entiende que la raiz de las protestas sociales en Europa yace en "la crisis de la democracia participativa"

La periodista y escritora italiana de origen español Concita de Gregorio, de paso por Valencia para presentar su libro Una mare ho sap (Tàndem Edicions), encuentra estos días numerosas similitudes entre las asambleas de los indignados del 15-M y el movimiento que congregó a un millón de mujeres en 230 ciudades de Italia en protesta por un modelo de sociedad machista y patriarcal impulsado por el primer ministro Silvio Berlusconi. Una protesta promovida directamente por De Gregorio como directora del diario L'Unità, cargo que abandonó hace apenas unos días después de completar su transformación digital y darle un impulso que ha resucitado una cabecera esencial en el país. De Gregorio (Pisa, 1963) cree que la revolución social no tiene vuelta atrás y desembocará en una sociedad más democrática.

"Los políticos son prisioneros de los partidos. Es un sistema enfermo"
"Vemos que Berlusconi está comprando a gente de otros partidos"
"La derecha ha sacado lo peor de sí, servicios secretos, dosieres, mentiras"
"La prensa ha de tener una relación muy estrecha con Internet"

Pregunta. ¿Qué define a esta explosión de protestas?

Respuesta. El rasgo común es la crisis de la democracia participativa. Estamos en un final de época en que los ciudadanos no se sienten representados. Ahora la gente lo que dice es: no lo haces en mi nombre.

P. ¿En qué desembocarán estos movimientos?

R. Las categorías siempre son antiguas. La gente se pregunta si van a fundar un partido, si van a ser un movimiento de protesta... Y no entienden que lo que ha cambiado es la gente. Los partidos tendrán que tener en cuenta esto.

P. ¿Tanto se han equivocado los políticos?

R. Los políticos están muy lejos de la realidad. Son como una casta encerrada con muchos privilegios. Esto es el prólogo de un cambio muy grande que se va a dar en la sociedad europea.

P. ¿Hay modelo a seguir?

R. Las democracias del norte de Europa son distintas. Nosotros tenemos el Vaticano dentro de la barriga, la Iglesia está incorporada, y España tiene mucho que ver con el espíritu católico.

P. ¿La culpa es del sistema de listas cerradas?

R. Las personas nombradas tienen un vínculo con el partido que es una fragilidad, pueden ser corruptos. Son prisioneros de los partidos. Esto es el origen de un sistema enfermo. Es lo que puede pasar en Italia estos días: vemos que Berlusconi está comprando a gente de otros partidos prometiéndole lugares de poder, dinero.

P. Con listas abiertas no se arriesgarían a proponer a alguien de honestidad dudosa.

R. Claro. Sería vergonzoso. En Milán, el centro izquierda presentó a cinco personas en las primarias a la alcaldía. Ganó el exponente de un partido muy pequeño, más a la izquierda del Partido Democrático (PD), sin diputados ni senadores. Ha ganado a todos los demás, y después ha ganado las elecciones.

P. ¿Estaban hartos?

R. Esta primavera parece que los italianos se hubieran despertado de un letargo muy largo. En las dos décadas pasadas la televisión ha forjado las conciencias de los italianos. La televisión de Berlusconi proponía: regresa a casa muy deprisa porque Canale 5 te espera. Era un mensaje político.

P. ¿Y esto va a cambiar?

R. Ahora estamos al principio del final. Yo tengo cuatro hijos, los mayores tienen 24, 18 y 15 años. La televisión la usan como una pantalla. La información pasa a través del ordenador.

P. ¿Ha sido difícil estar al frente de un diario estos años?

R. La presión ha sido enorme. En Italia, lo que pasa con la derecha es que como está al final ha desencadenado lo peor de sí misma: los servicios secretos, las investigaciones sobre la vida privada, las mentiras, cualquier cosa para decir que todos somos iguales. Con el movimiento de las mujeres, la propaganda de derechas decía que yo era una moralista triste y vieja, envidiosa de las chicas jóvenes... Y también buscaban cosas en mi vida que pudieran ser la demostración de que yo estaba predicando bien y portándome mal. Pero es muy lesivo ver que las chicas de 25 años que se acuestan con el jefe del Gobierno ganan 10.000 euros cada noche, se convierten en parlamentarias.

P. ¿Tienen futuro los medios de comunicación escrita?

R. Tienen futuro en la calidad. No va a desaparecer la prensa escrita pero cuanto antes entendamos que hay que tener una relación muy estrecha entre la prensa escrita e Internet, mejor será.

P. ¿La cultura de todo gratis?

R. No es así. Se puede ganar dinero en la Red también. El primero que invente cómo va a ser el próximo Bill Gates.

P. ¿Y a partir de ahora?

R. Pienso hacer un blog y trabajar en la web.

P. ¿A partir de ahora dónde podrán seguirla los lectores?

R. Voy a tener un sitio web que se llamará Invece Concita, que quiere decir, en contra, por el contrario. Y después voy a seguir escribiendo libros. Y puede que vuelva a trabajar en un periódico.

P. Del libro no ha hablado.

R. El libro es muy bonito [risas]. Es el primero de una trilogía. Habla de las sombras del amor perfecto. Habla de sentimientos que son difíciles de nombrar y que cuando se nombran son en los que la mayoría de las personas se reconocen, pero no tenían palabras para decirlos y no se podían decir porque eran tabú.

P. ¿Como cuáles?

R. Por ejemplo el instinto maternal, o la relación de parejas, la de padres e hijos. Cómo es difícil ahora hacer coincidir la mirada de uno mismo sobre sí mismo y la mirada de la sociedad sobre uno mismo. Hay que leerlo.

La periodista y escritora Concita de Gregorio, el martes en Valencia.
La periodista y escritora Concita de Gregorio, el martes en Valencia.EL PAÍS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_