_
_
_
_

"En un año, todo esto se ha ido a pique"

La crisis reduce al 25% los puestos de trabajo en la industria auxiliar del automóvil

Ignacio Zafra

El Parque Industrial Juan Carlos I, situado junto a la planta de Ford en Almussafes, sede de buena parte de la industria auxiliar valenciana de automoción, con algunas de las fábricas tecnológicamente más avanzadas de la comunidad autónoma, representa muchas cosas. A estas horas, la mañana de un día laborable en el que todo parece quieto y apenas se oye de vez en cuando circular un coche, es un símbolo inapelable de la envergadura de la crisis, del desplome de ventas de automóviles y del consecuente recorte de producción.

La patronal de automoción AVIA calcula que de los cerca de 25.000 empleados valencianos del sector (sumando servicios vinculados), apenas una cuarta parte está trabajando. Eso no quiere decir que 19.000 empleados hayan ido a la calle. Las empresas han ensayado fórmulas -no renovación de contratos temporales, Expedientes de Relación de Empleo (ERE) temporales, adelantos de vacaciones- con tal de adaptar su producción a la de Ford, para cuya planta trabaja la mayoría. La multinacional estadounidense, tras hacer un ERE para 1.000 personas entre octubre y mediados de diciembre, está casi totalmente parada durante seis semanas.

"La situación cambia a días. Nadie sabe qué va a pasar", dicen en la patronal

Si la caída de la compra de vehículos es un indicador bastante fiable de la mala salud de la economía, la cantidad de sitios para aparcar que se aprecian en el parque Juan Carlos I (donde hace unos meses trabajaban unas 4.500 personas) puede verse como otro síntoma de la crisis. Y de su rapidez: "Hace un año no dábamos abasto con tanto pedido, y en tres meses todo esto se ha ido a pique". Lo dice, después de quitarse unas voluminosas gafas protectoras, en el interior de una nave, Emilio, de 45 años, que lleva 10 trabajando en una firma encargada del mantenimiento de las matrices ("los moldes que hacen la figura de la aleta, la puerta, el portón...").

Su empresa ha presentado un ERE por el que los trabajadores irán seis meses al paro en 2009, y tres de ellos a la calle definitivamente. "Esperamos que no lo aprueben, porque no tiene ni pies ni cabeza. La empresa el año pasado ganó dinero, y el anterior también. Que ha bajado la faena, evidentemente, pero están dando los ERE como el que va a comprar patatas". Antes de despedirse, Emilio, un nombre ficticio, dice: "Si vas a publicar esto no pongas mi nombre. Van a despedir a tres, pero no sabemos quiénes son".

El presidente de la asociación de propietarios y usuarios del parque Juan Carlos I, Nicolas Agustín, admite que el escenario es "muy complicado". Pero insiste en que hay algunos signos positivos. Por ejemplo, Ford anunció que solo trabajaría cinco días en todo el mes de diciembre, y al final los aumentó a ocho. Y tenía pensado lanzar el nuevo modelo de Fiesta, la gran esperanza de la planta y por tanto de la industria auxiliar, el 19 de enero, y ahora ha decidido adelantarlo al 13. Agustín afirma también que la planta de Almussafes es probablemente la más eficiente de Ford no solo en Europa, sino en el mundo. Y añade: "Y no creo que haya ningún parque industrial tan flexible como el nuestro".

Una flexibilidad forzosa. "La situación es de incertidumbre total, en la que las cosas cambian por días. No creo que ahora nadie sepa lo que va a pasar", señala Juan Luis Esteve, gerente de AVIA. "Lo que ocurra en Estados Unidos con las tres grandes de Detroit [Ford, Chrysler y General Motors, que han solicitado planes de rescate]", sigue, "va a ser clave. Las divisiones europeas son rentables, pero si allí les va mal, aquí nos irá mal".

El conveyor es un conducto gigante que se eleva por encima de las fábricas del parque Juan Carlos I. Su funcionamiento es simple y representa, al mismo tiempo, un prodigio tecnológico: las fábricas del parque van colgando las piezas que producen en las guías del conducto: una sube puertas; otra, salpicaderos; otra, reposabrazos... El componente viaja por el conveyor hasta Ford y cae dentro del vehículo concreto de la cadena de montaje y en el minuto exacto que le han sido asignados. Y el conducto (en realidad hay varios), algo así como el cordón umbilical con el que el parque nutre a la fábrica, "está hueco", dice Juan Antonio Giménez, de 42 años, señalándolo.

Dos trabajadores de una de las empresas suministradoras de Ford, ante el túnel por el que llegan los componentes a la factoría.
Dos trabajadores de una de las empresas suministradoras de Ford, ante el túnel por el que llegan los componentes a la factoría.CARLES FRANCESC

Echar la mañana en un polígono "tranquilo"

Es jueves, sobre las 12 del mediodía, pero no es fácil, caminando por las muy anchas avenidas del parque industrial Juan Carlos I, pensadas para un intenso tráfico de tráilers, encontrar a alguien caminando. Tampoco es fácil encontrar a nadie dentro de las fábricas, porque la mayoría tienen las persianas echadas o ha dejado en su interior un pequeño retén de contables para cuadrar las cuentas de un año que no empezó mal y que termina con cierta sensación de pánico.

No es fácil encontrar a alguien y, sin embargo, al girar una esquina, aparecen Eric Gutiérrez, de 23 años, y su novia, apoyados en su coche, hablando. Eric trabajó un año aquí al lado, en una fábrica de salpicaderos. Forma parte de la legión de trabajadores temporales, los primeros en caer, ya en el mes de septiembre, cuando Ford anunció el primer despido colectivo temporal. "A la gente que se le iba acabando el contrato, la iban dejando", comenta.

Entonces, ¿qué hace a estas horas en el polígono? El joven sonríe, duda un segundo, señala a su pareja, dice: "Ella vive por aquí, en el pueblo de al lado, y aquí se está tranquilo".

Eric es de Paterna, no tiene estudios, ni casa, ni se metió, "gracias a Dios", en ningún crédito para comprar el coche. Trabajando en la fábrica en el turno de noche ganaba 1.300 o 1.400 euros al mes. "El salario", añade, "estaba muy bien".

Las cifras

- 25.000 trabajadores integraban hasta hace unos meses el sector del automóvil valenciano, sumando la industria auxiliar (15.500), Ford (7.000) y servicios vinculados (3.000).

- Queda una cuarta parte ahora mismo en su puesto.

- No todos han ido a la calle, hay ERE temporales y adelantos de las vacaciones de verano de 2009.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_