Rusia vendió a Chávez al menos 100 sistemas antiaéreos muy sofisticados
EE UU cree que es un arma desestabilizadora y pacta con Moscú las condiciones - Putin coloca a un hombre de su máxima confianza para tratar con Venezuela
Altos funcionarios del Gobierno de Rusia confesaron a mediados del año pasado a una delegación de Estados Unidos que habían vendido a Venezuela, hasta ese momento, 100 misiles antiaéreos de manejo individual, una de las armas que Washington considera más desestabilizadoras en la región, según prueban los cables del Departamento de Estado. Aunque Hugo Chávez anunció personalmente la adquisición de ese armamento, nunca se había revelado la cifra ni se sospechaba que fuese tan alta.
El rearme de Venezuela y su cada vez más estrecha colaboración militar con Rusia ha desatado desde hace tiempo las alarmas en Washington, que presiona a varios Gobiernos aliados y a la propia Rusia para que no vendan armas a Caracas. La razón oficial es el temor a que estas puedan acabar en manos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), pero los papeles filtrados por Wikileaks revelan además datos concretos de la presencia militar rusa en Venezuela, la adquisición de, al menos, 100 misiles SA-24 Igla y, sobre todo, el protagonismo de uno de los hombres de mayor confianza del primer ministro ruso, Vladímir Putin, el viceprimer ministro Ígor Sechin, en las relaciones con el país latinoamericano.
Uno de los peores escenarios que se manejan en Washington es que la guerrilla colombiana se haga con sistemas de defensa aérea que pueden ser utilizados por un solo hombre (Manpad) y que permiten a un combatiente derribar un aparato. EE UU considera el modelo de fabricación rusa como "uno de los sistemas de defensa antiaérea portátil más mortíferos jamás fabricados". Con estos misiles, que tienen un alcance de entre cuatro y seis kilómetros, los helicópteros blackhawk que operan en Colombia serían un blanco fácil.
El seguimiento estadounidense a los Manpad se realiza al más alto nivel. En julio del año pasado, mientras los presidentes Barack Obama y Dmitri Medvédev se reunían en Moscú, expertos de ambos países mantenían una reunión paralela que tuvo a Venezuela como protagonista. Los rusos confirmaron que habían vendido a Caracas en ese trimestre 100 misiles Igla (aguja en ruso) con 90 lanzadores. Esto no descarta que Rusia haya facilitado más misiles a Chávez posteriormente. En la misma reunión, desarrollada en un clima de cooperación y amplio intercambio de información, los rusos aseguraron a los norteamericanos que las armas no acabarían en manos de terceros.
En los ordenadores incautados por el Ejército colombiano a uno de los jefes de las FARC, Raúl Reyes, aparecieron mensajes de militares venezolanos a Luciano Marín Arango, alias Iván Márquez, miembro del Secretariado de las FARC, ofreciendo estas armas a la guerrilla colombiana.
Ya que no podían evitar la operación, los estadounidenses habían pedido a los rusos que los misiles antiaéreos que vendieran a Venezuela fueran del tipo que necesita una plataforma fija o un camión para su lanzamiento, pero los rusos siempre han respondido que ha sido el propio Chávez el que ha insistido en que sean individuales y portátiles.
Con esta adquisición, el problema para EE UU no solo son las FARC. Fuentes consultadas por este periódico consideran que la combinación de misiles Igla, junto con sistema antiaéreo Tor M-1, ya en poder de Caracas, y los misiles S-300, cuya futura compra Hugo Chávez anunció el pasado octubre (y que, por ejemplo Moscú ha negado a Irán), hará que los aviones estadounidenses "se lo piensen dos veces" antes de intentar atravesar el espacio aéreo venezolano.
En esta nueva alianza entre Moscú y Caracas juega un papel fundamental el viceprimer ministro Sechin, quien dirige los temas relacionados con los intereses energéticos de Rusia en todo el mundo y es hombre de la máxima confianza de Putin. Fue el propio primer ministro quien, en septiembre de 2008, le colocó al frente de la comisión bilateral de cooperación ruso-venezolana. Sechin tiene inclinación personal por el mundo latinoamericano, habla con fluidez el portugués y se defiende en español. Los estadounidenses creen que la decisión de Putin de colocarlo al frente de la comisión -reemplazando al también viceprimer ministro Alexandr Zúkov-, responde a la intención del primer ministro ruso de profundizar en todos los campos la relación con Chávez, incluyendo el campo militar.
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