Vídeo | Rafa Nadal conquista su 21º Grand Slam: cinco lecciones de un campeón

La historia del tenis escribió una nueva página este 30 de enero de 2022, con la victoria de Rafael Nadal en 5h 24m sobre el ruso Daniil Medvedev en la final del Open de Australia (2-6, 6-7(5), 6-4, 6-4 y 7-5), que le supuso al español su título de Grand Slam, número 21 y le convirtió en el jugador masculino con más grandes de la historia, por delante de Novak Djokovic y de Roger Federer. A sus 35 años, Nadal –el más laureado en términos masculinos, solo por detrás de la australiana Margaret Court (24), de la estadounidense Serena Williams (23) y de la alemana Steffi Graf (22) en el listado global– es el tercer campeón más veterano del torneo después del australiano Ken Rosewall, que se impuso en 1972 con 37 años, y de Roger Federer, vencedor en 2018 con 36 y ausente en la actual edición. Cuando parecía inimaginable, se sobrepuso al golpe de estado que diseñó Medvedev, de 25.

Nadal, a rebufo durante la mayor parte de la carrera histórica entre los tres gigantes y que aterrizó el 30 de diciembre en Melbourne cogido con alfileres, después de medio año en la enfermería. También en el sofá. Por ahí pasó la tentación, dijo, de rendirse ante el pie izquierdo que le martillea, pero al final decidió coger ese avión y este domingo, el chico que hace 17 años cayó como un rayo sobre Roland Garros se impuso en el hostil hábitat de las Antípodas a otro una década más joven que él. Como se puede ver en el vídeo que acompaña a esta noticia, la noticia de la última gesta del balear ha sido recogida en las portada de los principales periódicos de todo el mundo.

EL PAÍS recopila, a través de algunas de las frases extraídas de entrevistas y ruedas de prensa de su carrera, momentos de Rafa Nadal fuera de la pista que resumen su carácter ganador y algunos de los rasgos que le han aupado a lo más alto del olimpo del tenis. Su capacidad de esfuerzo, resumido en su emocionado dicurso ante el público de la pista Rod Laver, cuando habló de su reciente proceso de recuperación, tras pensar en dejar en tenis.

La humildad con la que hablaba en una entrevista con una televisión local gallega del sueño de ganar alguna vez en Wimbledon, algo que hizo en 2008 y 2010, o cómo afirmaba antes de ganar su primer U.S. Open que nunca podría alcanzar al suizo Federer. La empatía con sus compañeros, que le convirtió en íntimo amigo de su rival suizo y el profundo agradecimiento de poderse dedicar a lo que ama mientras el cuerpo le responda, como afirmaba en una entrevista a El Larguero en 2019.