Los aumentos de los ingresos en Estados Unidos no llegan a los hispanos
Las cifras del Censo muestran una mejora del 4% en los ingresos medios en 2023 pero para la comunidad hispana el avance se ha quedado en apenas un 0,4%
La inflación que se disparó en abril de 2022 ha protagonizado las vidas de los consumidores en Estados Unidos en los últimos tiempos, pero a partir de 2023 ha habido un respiro. Los hogares experimentaron un incremento en los ingresos ajustados a los aumentos de precios por primera vez en cuatro años. Es lo que indican las cifras del Censo presentadas esta semana, que también dejan claro que esta mejora ha sido desigual y ha sido casi imperceptible para los hispanos. Por otro lado, la medida más amplia de medición de pobreza por parte del Censo muestra un aumento de esta y que los niños son los más afectados por ella.
De acuerdo con las cifras que se dan a conocer anualmente sobre ingresos, pobreza y cobertura médica por parte del Censo, la mejora de la situación económica y la fortaleza del mercado laboral —aunque se ralentizó en el último mes— han sido factores que permitieron subir los ingresos medios hasta 80.610 dólares, un 4% más que el año anterior pero para dejarlos a un nivel similar al de 2019. Es decir, llegar a niveles de la prepandemia ha tomado cuatro años.
Son cifras positivas para tener en cuenta a la hora de analizar el estado de las finanzas de la población, una de las cuestiones fundamentales en esta campaña electoral y que para los hispanos, según la reciente encuesta de UnidosUS, es el tema crucial. El aumento del costo de la vida, el trabajo y la economía, además de la falta de asequibilidad de la vivienda, dominan las preocupaciones de una comunidad que, según las cifras del Censo, se quedaron lejos de la generalidad y tuvieron unos ingresos medios el año pasado de 65.540 dólares. La mejora anual es de apenas un 0,4% cuando la de los blancos no hispanos —que fueron los que más vieron caer sus ingresos en la pospandemia— y los negros fue del 5.7% y el 2.8%, respectivamente.
Solo la comunidad asiática registra pérdidas en sus ingresos promedio, pero es para la que se estiman los ingresos más elevados, 112.800 dólares.
La evidencia de que el avance apenas ha movido los ingresos de los hispanos llega cuando se entra en una fase de cierta desaceleración de la economía y un enfriamiento del mercado laboral, aunque, por otro lado, la inflación ha retrocedido sustancialmente.
El censo considera ingresos a las sumas que llegan a un hogar en concepto de salarios, pagos del seguro social, de desempleo, jubilación, dividendos e intereses, además de asistencia pública. Pese a los distintos avances en este sentido, la desigualdad de ingresos, el índice Gini, no ha cambiado significativamente entre 2022 y 2023.
Paso atrás para las mujeres
Lo que sí ha cambiado mucho en una tendencia negativa es la situación de las mujeres. Las compensaciones laborales ajustadas a la inflación de los hombres con contratos a tiempo completo se incrementaron un 3% mientras las de las mujeres la mitad.
Es más, si se contempla la totalidad salarial, los hombres ganaron un 2.6% mientras las mujeres vieron reducida su paga un 2%. Es algo que ha dejado la relación de ingresos de mujeres con respecto a hombres en el 82.7%, un paso atrás en el que cada vez más largo camino hacia la igualdad. El año pasado esta relación era del 84%. Según los datos del Censo, es el primer retroceso anual desde 2003.
Pobreza infantil al alza
Las cifras que tabula el Censo muestran que la pobreza oficial cayó ligeramente en 2023 (un 0,4%) con respecto al año anterior para quedar en el 11.1%. La rebaja de este ratio de pobreza está siendo lenta desde que se empezó a tabular en 1960. El 15.3% de los pobres son menores de 18 años y por raza u origen, se ven afectados por esta situación el 17.9% de los negros y el 16.6% de los hispanos.
La pequeña mejora general no es motivo de alivio no solo porque sigue afectando a 36.8 millones de personas, sino porque, además, otra medida de la pobreza conocida como pobreza suplementaria (SPM en sus siglas en inglés) tiene una lectura más negativa. El SPM ofrece una medida más fiel a la realidad porque se elabora con datos de ingresos tanto monetarios como los que no los son —como cupones de comida y ayuda para la vivienda— y con respecto al año pasado ha crecido medio punto porcentual para llegar al 12.9%.
La subida del precio de la vivienda es uno de los factores que marca la diferencia entre ambas lecturas. El SPM estuvo por debajo del índice oficial de pobreza durante la pandemia y los primeros años tras los confinamientos por el Covid. Según esta medida, la hispana, con una tasa del 20.9%, es la comunidad que más pobres tiene, seguida de la negra con el 18.5%. En comparación, la pobreza, en este índice, afecta a un 8.8% de los blancos no hispanos.
El SPM muestra un aumento de la pobreza infantil hasta 13.7% después de haber experimentado una caída que la dejó casi a la mitad en 2021 gracias a los programas puestos en marcha con el Covid para ayudar a las familias, sobre todo la mejora del crédito fiscal por hijo. Cuando cesó esta ayuda aumentó la pobreza entre los menores.
Desde la Casa Blanca se hace énfasis en la mejora de los ingresos y el hecho de que los seguros médicos cubran a la mayor parte de la población, el 92%, niveles casi históricos. No obstante, se admite que queda mucho por hacer para reducir la pobreza con herramientas como el crédito fiscal por hijo y un plan para construir viviendas “que los congresistas republicanos bloquearon repetidamente en el Congreso”.
La candidata demócrata, Kamala Harris, quiere ampliar el crédito por hijo a niveles de la pospandemia y añadir otro más para los recién nacidos por valor de 6.000 dólares. El candidato republicano a la vicepresidencia, J.D. Vance, ha mencionado una subida del crédito fiscal hasta 5.000 dólares por hijo.
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