Cuando el yo múltiple se desdibuja en televisión
‘Caballero Luna’ es la última serie en explorar el trastorno de identidad disociativo, una condición con la que a menudo se toman bastantes licencias creativas
Steven Grant y Marc Spector son muy distintos. El primero es un hombre tímido y solitario, aquejado por problemas de sueño, que trabaja en la tienda de regalos del National Art Gallery de Londres. El segundo, un curtido mercenario que lleva una vida de acción alrededor del mundo. Ambos protagonizan Caballero Luna en Disney+, serie que marcha por su tercer capítulo y suma uno cada miércoles dentro de la megafranquicia conocida como el Universo Cinematográfico de Marvel, y los interpreta un mismo actor: Oscar Isaac. ¿La explicación? Resulta que tanto Grant como Spector son dos personalidades que conviven en un mismo cuerpo, es decir, el Caballero Luna no es un justiciero al uso, pues padece un trastorno de identidad disociativo (TID).
Antes de la llegada del personaje de Marvel a la pequeña pantalla, la idea de una sola persona con distintas identidades, a menudo representadas como radicalmente opuestas, ha seducido a directores, guionistas y actores. Pero, como suele pasar en otros ámbitos de la ficción, el espectáculo se superpone a la intención de reflejar adecuadamente el trastorno.
Conductas criminales
Norman Bates encarna una de las representaciones más conocidas de esta condición. Más allá del Psicosis de Alfred Hitchcock, el personaje cuenta con su propia serie de televisión a modo de precuela. En Bates Motel, el protagonista, interpretado por Freddie Highmore, toma la identidad de su madre. De acuerdo con la psicóloga Elena Gómez, máster en Psicología Clínica por la Universidad Autónoma de Madrid, los afectados por TID pueden “adoptar rasgos de personas que estén relacionadas con un evento traumático” para el paciente. En la serie, se da a conocer que en la relación de los padres de Bates hubo una historia de abusos y asesinato cuya revelación afecta de forma traumática al protagonista.
Por otro lado, la caracterización de Bates como un asesino contribuye a la asociación del TID con conductas criminales. La realidad es bien distinta. La psicóloga Sonia Navajo, afiliada al Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid y fundadora del centro Crea-T, asegura citando varios estudios que “al menos un 4% de los crímenes los llevan a cabo personas con enfermedades mentales”, pero, como señala Gómez, en realidad estos pacientes tienen “más riesgo de ser víctimas” de actividades delictivas.
Lejos del mundo criminal se encuentra la protagonista de la serie United States of Tara, en la que Toni Colette encarna a una madre con TID. Se trata de nuevo de una historia en la que una experiencia traumática (en este caso un abuso sexual) condiciona el trastorno del personaje. Pero hay otro factor que acerca a Tara a la realidad.
Las expertas consultadas coinciden en que no existe un fármaco específico para tratar una condición como el TID. Lo más recomendable para un paciente de este trastorno es, según Navajo, “un abordaje específico basado fundamentalmente en la psicoterapia que aborde el trauma”. Gómez también apunta que uno de los principales objetivos del tratamiento debería ser “facilitar la integración de las diferentes partes disociadas, mejorando así el funcionamiento de la persona de un modo más unificado”. Intentar integrar en vez de reprimir sus identidades es precisamente lo que pretende Tara en la serie.
Mr. Robot es otra producción con un personaje con TID en el núcleo de la trama. La protagoniza Rami Malek en el papel de Elliot Anderson, un hacker decidido a sacar los trapos sucios y frustrar las operaciones de un enorme conglomerado empresarial. Uno de los aspectos más positivos del personaje en cuanto a la representación del trastorno es su desconocimiento y desconcierto ante el mismo. Navajo asegura que es común que los pacientes de TID “no sean capaces de recordar la información de algunas de sus identidades” y que sufran “amnesia de manera repentina e inesperada, haciendo que se olviden de quienes son en un determinado momento”.
Elliot no conoce toda la verdad sobre su TID hasta el final de la serie. En la última temporada se da cuenta de que su faceta de hacker justiciero es una identidad más y no su verdadero yo, al que ha reprimido. Esta personalidad, a la que en la serie denominan como la mente maestra, es lo que se conoce como identidad primaria o dominante, que Navajo define como aquella que “actúa de manera habitual y funcional”. Elliot también descubre la verdad sobre su padre fallecido, un hombre al que consideraba bueno, pero que en realidad abusó de él en su infancia. El protagonista también sufrió una terrible caída al saltar de una ventana de su casa cuando era niño, lo que precipitó su trastorno.
Volviendo a Marvel, otro personaje con TID adaptado de los cómics a la pequeña pantalla precedió al Caballero Luna. No es otro que el mutante David Haller, alias Legión, interpretado por Dan Stevens en la serie homónima. De todas las ficciones mencionadas, esta es probablemente la que más libertades se toma con el trastorno de su personaje, pues está directamente vinculado a sus poderes. Está por ver si, una vez concluida la serie, Caballero Luna hace un buen trabajo a la hora de mostrar al gran público del mundo superheróico una condición que en la vida real también tiene mucho de extraordinario.
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