Una serie para el fin de semana: Con el piano a cuestas por el desierto de Australia

A la madre de Lucky le queda poco tiempo de vida. Rockero venido a menos, lleva tiempo distanciado de su familia. Si quiere despedirse de ella en persona, tendrá que cruzar Australia de punta a punta lo más rápido posible. Pero un accidente terminará con su coche en la cuneta. La otra implicada en el choque es Meg, una adolescente que viaja en la camioneta de su hermano rumbo a la casa de su madre. Los dos llegarán a un acuerdo: aunque son dos completos desconocidos y no tienen nada que ver, viajarán juntos a través de Australia. Y cargarán con el piano de la familia que Lucky portaba como regalo a su madre.

Los ocho capítulos de Upright (emitidos por Sundance TV y disponibles bajo demanda) son un viaje no solo a través de los impresionantes parajes del Outback australiano, con sus grandes llanuras deshabitadas y desérticas. También son una montaña rusa emocional, una experiencia llena de altibajos, como la vida misma. La serie combina con habilidad momentos divertidos, e incluso surrealistas, con el drama y la emotividad que surge al arañar la superficie de los personajes. La conexión entre esta extraña pareja hace que estos dos desclasados encuentren en el otro un alma perdida con el que empezar a sanar las heridas del pasado.

Pero si por algo funciona esta emotiva comedia (que va ganando en carga dramática y emocional según avanzan los episodios) es por las interpretaciones de sus dos protagonistas. Tim Minchin, cómico, músico y actor australiano, da vida al rockero que gozó de cierto reconocimiento en el pasado y ahora va arrastrándose por la vida. Minchin también se ha encargado del guion (junto a Leon Ford, Kate Mulvany y Chris Taylor) y de algunas de las canciones de la serie. Pero el verdadero descubrimiento es el de Milly Alcock. La joven actriz de 20 años (interpreta a una chica bastante más joven que ella) derrocha fuerza y energía en muy diferentes registros en un papel que roba rápido la atención.

A pesar de las sombras que llevan a cuestas los dos protagonistas, el de Upright es un viaje luminoso literal y figuradamente. Por un lado, porque los personajes, por el bien del otro, van dejando a un lado esa oscuridad, y la amistad que surge entre ellos termina brillando y logrando que el espectador se encariñe con ellos. Por otro lado, la luz del desierto de Australia lo inunda todo y es una parte más del alma de esta producción junto a los sobrecogedores paisajes del interior del país. Sin ser conscientes de ello, el de Lucky y Meg es un viaje en busca de redención que termina contagiando a quien es testigo de él.

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