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Columna
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Una inquietante serie británica

'The End of the F***ing World' es una espléndida e inquietante serie británica sobre un intenso viaje iniciático de dos jóvenes

Los dos protagonistas de 'The End of the F***ing World'.
Ángel S. Harguindey

The End of the F***ing World (Netflix) es una espléndida e inquietante serie británica sobre un intenso viaje iniciático de dos jóvenes de 17 años, James y Alyssa. Él se define como un piscópata y ella odia a todo el mundo. Dos almas complementarias de ese enigmático mundo de la adolescencia del que apenas nadie sabe nada y del que ellos ni siquiera se plantean conocerlo. Actúan instintivamente sin necesidad de justificar sus actos. Son y hacen, es todo.

Tras un breve encuentro en el instituto, Alyssa toma una determinación extraordinaria para una joven de su edad: rompe su móvil. James ni lo tiene. Todo es un asco, el pueblo, sus desestructuradas familias... Solo queda una opción: robar el coche de uno de los padres y marcharse sin rumbo fijo. Comienza la aventura.

Una trama perfectamente ideada que se desarrolla en los ocho capítulos cortos de la primera de sus dos temporadas. Pequeños robos para sobrevivir, una incipiente y compleja relación amorosa tan desconcertante como la personalidad de quienes la viven mientras deciden encontrar al desaparecido padre de Alyssa, otro personaje marginal. Los hechos les desbordan paulatinamente, es su particular viaje al fin de la noche, con permiso de Céline.

Basada en la novela gráfica de igual título de Charles S. Forsman, es de justicia destacar las extraordinarias interpretaciones de Alex Lawther y Jessica Barden, sus protagonistas, y una banda sonora con una espléndida selección de temas musicales, todo ello en un contexto formal de un paisaje desolador, árido, y una evidente atracción de sus responsables por películas como Á bout de souffle y Los 400 golpes, dos historias también de huidas hacia lo desconocido desde un presente insoportable. Una excelente sorpresa.

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