El 5G como motor complementario del crecimiento

Como toda tecnología en sus inicios el 5G tiene alma dicotómica. Su desarrollo va por un lado; por otro, su adopción. Son dos aspectos que se vigilan, sin que ninguno se adelante demasiado si no lo hace el otro. Hasta ahora el primero llevaba la delantera. Pero la pandemia ha convertido la digitalización en una necesidad primaria para el conjunto de la sociedad. Y en este proceso, la nueva red de telecomunicaciones jugará un papel relevante, de forma que ha crecido el interés por adoptar la nueva tecnología.

El 5G es uno de los 10 ejes estratégicos de la Agenda España Digital 2025, que prevé una inversión pública de 20.000 millones de euros entre 2020 y 2022. Parte de ella procederá del Plan de Recuperación de la Unión Europea, orientado a paliar los efectos de la pandemia. Desde la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones, María Teresa Arcos, directora general de Telecomunicaciones y Ordenación de los Servicios de Comunicación Audiovisual, destaca el rol de lo público: “El 5G tiene una necesidad de acompañamiento en estos primeros momentos, que es diferencial con respecto a otras tecnologías de conectividad”.

Arcos se refiere a que el proceso de despliegue y adopción es algo más complejo que con el 4G o el 3G. Pero también a la trascendencia de esta tecnología como motor económico. Un informe de PricewaterhouseCoopers (PwC) estima que el 5G hará crecer el PIB mundial en 1,3 billones de dólares en 2030, gracias a una mejora de la eficiencia y de la productividad. Otro estudio, en este caso de Accenture y centrado en Europa, prevé que entre 2021 y 2025 la nueva red llegue a crear 20 millones de empleos a lo largo de todos los sectores económicos.

De ahí el interés del Gobierno. Los tres grandes operadores en España, Telefónica, Vodafone y Orange, se han comprometido a alcanzar una cobertura del 75-80% de la población para final de año. Será un 5G preliminar, llamado NSA, que evolucionará al 5G SA en los próximos años. Pero es un comienzo inexcusable para no perder la carrera. “El sector público tiene que complementar a esa iniciativa privada y no desplazarla”, puntualiza Arcos. “Se complementa por dos vías fundamentales. La primera es creando el marco regulatorio adecuado; y la segunda, incentivando la cobertura en zonas que el mercado no ve rentables”.

Impacto transversal en la economía

La adopción del 5G traerá grandes beneficios a sectores tradicionalmente no tecnológicos. “El impacto económico del 5G no va solo al sector de las telecomunicaciones. Es un impacto transversal a todas las industrias y al sector público”, reflexiona Vanesa González Prieto, responsable del área de telecomunicaciones en PwC.

Una de las áreas donde más repercusión tendrá será en la industria. Un informe del Foro Económico Mundial apunta que el 5G actuará como catalizador de un crecimiento económico que alcanzará los 13,2 billones de dólares en 2035. De estos, 4,7 billones corresponderán al sector manufacturero. Desde el Observatorio Nacional 5G concretan los números en algo más tangible: “Si quieres hacer cambios en una fábrica tienes que hacer un plan y poner en marcha una nueva línea de montaje. Esto significa tender cables, reorganizar infraestructura. Y, después, ver si aquello funciona”, explica Federico Ruiz, responsable de la entidad. “Lo que permite el 5G es tener una especie de fibra distribuida. Las nuevas ideas y nuevas líneas de montaje se agilizan. Y también se facilita su control”.

El impacto económico del 5G no va solo al sector de las telecomunicaciones. Es un impacto transversal a todas las industrias y al sector público

Vanesa González Prieto, responsable de telecomunicaciones en PwC

Ruiz liga inexorablemente el despliegue en industria con un despliegue en la logística: “Y hay ejemplos en nuestro país, en lugares cercanos a los puertos, a los aeropuertos, lugares de tránsito de ferrocarriles. Son buenos sitios para desplegar 5G ligado a la logística, por ejemplo, para hacer seguimiento de mercancías”.

Desde la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones, Arcos incide en la retroalimentación que estos despliegues generan: “La conectividad es una condición necesaria para competir en un mercado cada vez más global. Es el caso de las filiales de la automoción en España, que tendrán una ventaja competitiva si el 5G se desarrolla adecuadamente. Puede ser un atractivo para atraer inversiones de esos grupos multinacionales”.

Hay otro campo que se encontrará entre los grandes beneficiados. “Una de las industrias que se ha visto más acelerada es el sector sanitario. Tiene un gran potencial”, señala González Prieto, de PwC. La consultora subraya que esta área será la más estimulada por el 5G. Calcula que más de la mitad del impacto económico de la nueva tecnología se producirá en salud y sanidad. En total, se generarán 530.000 millones de dólares hasta 2030, entre otras cosas gracias al ahorro de costes que aporta la telemedicina.

Digitalizar el campo

Entre los sectores más tradicionales que obtendrán beneficios está el agrario. “Si eres capaz de tener una agricultura digitalizada, con sensores que te permitan controlar los niveles de regadío, por ejemplo, ganas eficiencia”, señala González Prieto. El 5G se plantea la opción más viable para dar cobertura a áreas despobladas adonde el 4G apenas llega.

“El 5G ofrece unas posibilidades inmensas en la industria alimentaria y permite una agricultura de precisión”, apunta Arcos. “En este caso, no sustituye mano de obra sino que la complementa y la dota de una mayor competitividad. Esto, dentro de un mercado global, generará oportunidades y probablemente creará empleo”. La directora general de Telecomunicaciones no habla solo de titulaciones STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Aunque puntualiza que lo nuevos puestos sí requerirán de ciertas capacidades digitales.