Cumplir un ambicioso objetivo verde antes de lo previsto
Con año y medio de antelación, Banco Santander ha superado los 120.000 millones de euros en financiación verde. Es una de las principales entidades del mundo en este concepto. La capacidad instalada equivale al suministro de energía de 10,1 millones de hogares en un año
Para muchos, el término sostenibilidad suena a palabra hueca. A un concepto que se ha puesto de moda y que, de tanto usarlo, ha perdido cualquier significado. Pero la realidad es todo lo contrario: el futuro del planeta, el crecimiento económico y el bienestar social pasan por el desarrollo de políticas y medidas que favorezcan acciones sostenibles y respetuosas con el medio ambiente, la sociedad, la economía… Conseguirlo representa una tarea colectiva, en la que deben involucrarse ciudadanos, administraciones públicas y empresas.
En el ámbito empresarial, el sector bancario tiene mucho que aportar. Al fin y al cabo, son los bancos quienes financian la economía y una de sus responsabilidades pasa por apoyar la transición hacia un modelo económico limpio, menos contaminante y alejado de los combustibles fósiles. Para Banco Santander, este es un asunto prioritario. Sus responsables no solo han diseñado un ambicioso plan para alcanzar la neutralidad en carbono (net zero) en 2050. En su propia actividad ya lo son desde 2020 y ahora están volcados en lograr esta reducción de emisiones en las actividades derivadas de la financiación, asesoría o servicios de inversión proporcionados a sus clientes.
Hace más de 20 años, Banco Santander fue pionero en apostar por el desarrollo de la industria de las energías renovables, y fue pionera en financiar las primeras plantas que se desarrollaron en España
Un año y medio antes de lo previsto, la entidad ha superado el objetivo de financiación verde de 120.000 millones de euros fijado por el Grupo Santander para 2025. Pero su meta va más allá, y ya se piensa en alcanzar los 220.000 millones para el año 2030. Siempre con la misma idea en mente: ayudar y acompañar a su cartera de clientes en todo el mundo en la transición hacia una economía más sostenible.
La financiación verde forma parte de la estrategia climática del banco que preside Ana Botín. En cualquier caso, es un compromiso que viene de lejos. La entidad apostó hace más de 20 años por el desarrollo de la industria de las renovables, y fue pionera en financiar las primeras plantas que se desarrollaron en España. En aquella época la apuesta arriesgada entrañaba desafíos, pero el banco ya entonces fue consciente de que su crecimiento, además de rentable, debía ser sostenible.
A través de Corporate and Investment Banking, Santander ha liderado la financiación de proyectos de energías renovables durante la última década. En 2023 se mantuvo entre los principales bancos a escala mundial en estas partidas. Las cifras lo atestiguan: 88 operaciones, 7.000 millones de euros de financiación y una capacidad instalada de 13,7 gigavatios (GW), que equivale al suministro de energía de 10,1 millones de hogares en un año. Lo mismo sucede en España.
El año pasado, fue el único proveedor y banco de cuentas en financiación verde para la construcción de 24 activos fotovoltaicos, con una capacidad total de 1.085 megavatios (MW) y créditos que alcanzaron los 553 millones de euros. Esta histórica operación supuso un hito importante, ya que fue uno de los mayores esfuerzos para el impulso de planes renovables en nuestro país.
Una referencia mundial
En este contexto y con las miras puestas en el futuro más cercano, Santander pretende sostener sus niveles de innovación y crecimiento. También quiere mantenerse como pionero en la financiación de nuevas tecnologías de generación de electricidad renovable. Hace más de tres años, la entidad identificó seis tecnologías clave para facilitar el desarrollo de una sociedad sostenible y alcanzar los objetivos de descarbonización fijados a nivel mundial: movilidad eléctrica, almacenamiento de energía, proyectos de economía circular, captura de carbono y biocombustibles, agricultura y alimentación sostenibles, y el hidrógeno.
Para cubrir de forma efectiva estos nuevos sectores, la entidad ha renovado su forma de trabajar para ampliar sus capacidades, con equipos especializados y reforzados que les permite entender y responder a los problemas y demandas de sus clientes.
La entidad participa en algunas de las ‘joint-ventures’ más relevantes del ecosistema del hidrógeno en Europa y apoya a proyectos clave en el acceso a fondos públicos
En el caso del hidrógeno, este vector energético puede jugar un papel muy relevante para avanzar hacia una economía alejada de las fuentes fósiles. La transición hacia el consumo de hidrógeno bajo en carbono permitiría reducir o eliminar los casi 900 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO₂) asociadas a su producción anual. Además, puede contribuir a la descarbonización de otros sectores difíciles de electrificar, como la industria del transporte pesado por carretera, la aviación, el sector marítimo o la fabricación de acero.
El banco está volcado desde hace años en el desarrollo del ecosistema del hidrógeno. Lo demuestra su participación en algunas de las joint-ventures más relevantes de este ámbito en Europa y su apoyo a proyectos clave en el acceso a fondos públicos. En estos momentos, Santander trabaja con diversas iniciativas para definir estructuras de capital óptimas, obtener el dinero necesario y asegurar su viabilidad para facilitar la financiación.