Así funciona la agricultura que respeta la salud y el medio ambiente
La iniciativa europea EIT Food promueve la aplicación de la agricultura regenerativa en el sector alimentario. Este método de trabajar la tierra reduce las emisiones, favorece la biodiversidad y convierte al suelo en protagonista del sistema agroganadero. Dar de comer a la población del futuro depende de estos procesos
En plena Rioja Alavesa, Eduardo Azpillaga elabora uno de los vinos de esta Denominación de Origen más respetuosos con la naturaleza. Tras eliminar poco a poco los tratamientos de síntesis química, desde 2001 sus viñas solo están sometidas a procesos naturales y certificados como el ecológico. En sus 12 hectáreas de viñedo, Eduardo y su familia preparan casi el 100% de los productos con los que protegen sus vides (hechos a base de purines de plantas, extractos de agua de mar, microbiología...). No lejos de aquí, en una pequeña explotación ganadera de Bizkaia, Kepa Agirregoikoa pone a punto sus quesos y yogures. Su calidad reside en la raíz, en la forma que tiene de cuidar y trabajar el suelo donde pastan sus vacas. En el otro extremo del país, Francisco Ruiz Rico cultiva olivos en su finca cordobesa de El Valle del Conde. Al hacerlo, pone un cuidado especial en el suelo sobre el que crecen los árboles, para aprovechar de la tierra los recursos naturales que origina la propia naturaleza. Esta “agricultura feliz”, como la denomina Ruiz, ha logrado regenerar todo el ecosistema del entorno.
Son tres ejemplos de las posibilidades que ofrece la agricultura regenerativa (AR), un sistema de principios y prácticas agrícolas basado en la sostenibilidad y circularidad de recursos. El objetivo es que sea el propio cultivo el que devuelva al suelo sus elementos de fertilidad, biodiversidad y nutrientes, para que conserve todas sus capacidades. Para conseguirlo, la AR recurre a determinados procedimientos como minimizar el laboreo y, en general, cualquier perturbación del terreno. A su vez, reduce la dependencia hacia insumos externos, favoreciendo el reciclado y sistemas circulares.
Asimismo, la AR establece sistemas de pastoreo rotativo en las fincas, lo que permite potenciar los procesos microbiológicos del suelo. Y aplica el manejo holístico para permitir mejorar la soberanía alimentaria de las fincas a través de una regeneración de los pastos que se traduce por una mayor cantidad de hierba producida. Al apoyar a las familias agrícolas que viven en las áreas rurales, refuerza la resiliencia del sistema agroalimentario. Todas estas prácticas se reflejan en una serie de beneficios. Como son más fértiles, los suelos tienen una capacidad de retención del agua mayor, y, además, son capaces de retener carbono atmosférico. Las ventajas a nivel de ecosistema van todavía más allá: a gran escala, se puede conseguir mejorar la situación de las cuencas hidrográficas y la resiliencia a los fenómenos meteorológicos extremos y al cambio climático. Las fincas mejorar la eficiencia de sus procesos, lo que se traduce en una mayor rentabilidad al cabo de unos años, y se producen alimentos de calidad, sostenibles y accesibles para toda la población.
Para poder llevar a cabo todas estas ideas, es imprescindible dotar de herramientas y de conocimientos a los agricultores y a las empresas agroalimentarias. Esa es precisamente la filosofía del Instituto Europeo de Innovación y Tecnología EIT Food, un consorcio centrado en promover el espíritu emprendedor y la innovación en el sector de la agroalimentación. En esta iniciativa participan más de un centenar de empresas, startups, centros de investigación y universidades de 13 países europeos, para encontrar soluciones innovadoras capaces de hacer frente a los desafíos (actuales y futuros) en el ámbito agroalimentario. A través de programas de innovación, proyectos de investigación y actividades educativas, EIT Food contribuye al desarrollo de un sistema agroalimentario más saludable, sostenible y resiliente tanto en Europa como más allá del continente.
Una de sus principales líneas de actuación tiene que ver con la sostenibilidad. Es aquí donde se ubica el programa RAW! (siglas de Regenerative Agriculture Works), que busca ayudar a empresas y agricultores a adoptar las prácticas de la agricultura regenerativa, así como concienciar a la población sobre sus múltiples beneficios. RAW! consta de tres áreas de acción. Por un lado, apoya a los profesionales en su transición hacia las prácticas regenerativas, y les ofrece formación integral. A su vez, ayuda a que los consumidores conozcan las ventajas que este tipo de agricultura tiene para la salud y el planeta. Por último, asesora y acompaña a las empresas en su camino hacia la AR.
Más de cien agricultores y ganaderos de España, Portugal e Italia han recibido asesoramiento en el proyecto RAW!, que se aplica ya en 30.000 hectáreas de estos tres países. Casi el 60% de las consultas están relacionadas con viñedos, olivares, frutales y ganado. El programa incluye formaciones presenciales y mentoring, como la relacionada con el manejo regenerativo de olivares y almendros en una finca de Constantina (Sevilla), y de árboles frutales y tierras de huertas en Fraga (Huesca); una sesión de viticultura y cereal regenerativo en Fresnillo de las Dueñas (Burgos) y Alcalá de los Gazules (Cádiz) y la producción regenerativa de leche y carne a pasto, en Maeztu (Álava), entre otras. Porque la AR no solo implica beneficios económicos. Al mejorar la calidad del suelo, la explotación agraria es mucho más productiva de lo que fue hace unos años, cuando se trabajaba con métodos convencionales.
“La agricultura y ganadería regenerativa es el camino. Si trabajamos con la naturaleza, podemos producir alimentos más nutritivos, cultivos más resistentes y menos desperdicio de agua”, sostiene Javier Pila. Este agricultor de la finca El Saúco (Cantabria) ha recibido formación en el programa RAW!, donde ha aprendido a aplicar los principios de la AR en sus instalaciones ganaderas. Uno de los mentores que aporta su experiencia y conocimiento en EIT Food es José Luis García de Castro, quien define esta organización como “la única que brinda a agricultores y ganaderos la posibilidad de contar con un padrino que les haga sentir que no dan un salto al vacío, sino que están acompañados en todo momento”. Incide en este punto Ángel García, mentor en viticultura y cultivos leñosos. “Les permite tener un apoyo técnico y consultar dudas de sus ideas, pero también profesionalizar la explotación desde un punto de vista técnico y económico”, apunta.
Para difundir los conocimientos y educar en el uso de prácticas agrícolas sostenibles, EIT Food ha publicado un Manual de Agricultura Regenerativa, una guía específica para cultivos diseñada para ayudar a los agricultores mediterráneos a hacer la transición de los sistemas de producción convencionales u orgánicos a la AR. En cada capítulo se ofrece información práctica sobre las diferentes variedades de plantas disponibles, y se explica cómo prevenir mejor algunas de las enfermedades y plagas más comunes mediante una gestión inteligente del suelo.
Como comenta la responsable de proyectos agrícolas en EIT Food, Melissa Comellas, RAW! es más un programa de medición de impacto de las prácticas regenerativas que un proyecto puro y duro de formación. “El asesoramiento a agricultores permite generar conocimiento, divulgarlo y difundirlo a diferentes actores como industrias, otros profesionales, cooperativas e incluso consumidores”, señala. En su opinión, la única posibilidad de avanzar hacia nuevas formar de trabajo en el sector primario es “poder demostrar que el modelo de negocio que se propone es viable desde un punto de visto medioambiental, social y económico tanto para la finca como para todo el ecosistema agroalimentario”. Porque solo así se podrá mitigar el cambio climático y mejorar la salud de los suelos.