Un curso que ataja el acceso al mercado laboral
Objetivo: que 26.000 jóvenes consigan cada año formarse (de verdad). Resultado: un 40% de los jóvenes participantes en el Programa PICE están, como la psicóloga Marta García, trabajando seis meses después de completarlo. En la Cámara de Comercio de cada ciudad marcan el camino a la inserción laboral
Unos 130.000 jóvenes menores de 30 años han encontrado respaldo en su proceso de inserción laboral o autoempleo desde 2015. Más de 10.000 empresas adheridas, a día de hoy, secundan la iniciativa. Son los contundentes números del Programa Integral de Cualificación y Empleo (PICE), un programa de la Cámara de Comercio de España, enmarcado en el Sistema Nacional de Garantía Juvenil del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, y cofinanciado por el Fondo Social Europeo. El objetivo del programa, que se ejecuta desde la red de Cámaras de Comercio territoriales, es ayudar cada año a 26.000 jóvenes de toda España. Y lo hace ofreciendo de forma gratuita formación y acompañamiento personalizado en el siempre difícil camino de la inserción laboral, tanto en España como en Europa. La tasa de éxito, un 40% de los inscritos trabajando en los seis meses posteriores, hacen del programa PICE la mejor opción para los jóvenes en busca de oportunidades en cualquier sector. Y también para las empresas, que no solo entrarán en contacto con talentos jóvenes dotados de competencias específicas y adaptados a los diferentes puestos de trabajo, sino que recibirán incentivos económicos para la contratación de jóvenes inscritos en el Programa.
Encontrar en PICE una profesión... y una vocación
La psicóloga Marta García formó parte del programa hace seis años en Badajoz, y hoy sigue vinculada a él, ya como docente, a través de los cursos de su provincia. “Hice el grado en Psicología en el año 2012 en la Universidad de Huelva, y realicé mis prácticas en el Centro de día de enfermos de Alzheimer de Zafra (Badajoz)”, recuerda. En 2016, de vuelta a Zafra, su ciudad natal, se inscribió en uno de los cursos de formación PICE de la Cámara de Comercio de Badajoz orientados al colectivo de enfermos de Alzheimer. Según su experiencia personal, en los últimos años el programa PICE se ha vuelto un recurso “muy potente” entre los jóvenes para completar su formación, sea del ámbito que sea, y facilitar la incorporación al mercado laboral. “Resulta casi paradójico que una alumna de PICE como yo, se convirtiera posteriormente en docente de este curso. Desde aquí, animo a todos esos jóvenes que se sienten perdidos, desesperanzados o sin motivación a que sigan formándose en aquello que les guste y les haga feliz”, concluye Marta García.
Dos caminos hacia el éxito
Dos son los itinerarios que ofrece el PICE: El Plan de Capacitación y el Plan de Movilidad Europa. El primero se realiza de forma presencial en las diferentes Cámaras de Comercio, y parte de una orientación vocacional individual para continuar con acciones formativas. En este sentido, la experiencia de Marta constituye un ejemplo: “Aparte de la formación específica que recibí, destaca el asesoramiento por parte del personal de Cámara de Comercio con respecto a las salidas profesionales de la formación cursada”, asegura. Cinco años después de haber formado parte de PICE sigue recogiendo las semillas que fue sembrando durante ese periodo. “Actualmente, puedo compaginar la docencia con mi trabajo como psicóloga en el Centro Borealis de Fundación ASMI, en Zafra. Así que, si yo lo he conseguido ¿por qué no lo pueden conseguir otros jóvenes?”.
El Plan de Movilidad, por su parte, brinda a los jóvenes inscritos en el Sistema Nacional de Garantía Juvenil (SNGJ) la oportunidad de realizar estancias profesionales en empresas de la Unión Europea que les permitan mejorar sus habilidades y competencias transversales y, en consecuencia, incrementar su empleabilidad de cara a acceder a un mercado de trabajo cada vez más globalizado.
En los últimos años el programa PICE se ha vuelto un recurso “muy potente” entre los jóvenes para completar su formación, sea del ámbito que sea, y facilitar la incorporación al mercado laboralMarta García, exalumna del programa PICE, ahora es docente
Aprender de la experiencia
Trabajar en equipo, la importancia del esfuerzo, la capacidad de adaptarse a los cambios, desarrollar la creatividad... Todas estas habilidades son las llamadas soft skills o habilidades blandas, que cada vez valoran más las empresas en sus empleados. ¿Son armas imprescindibles para que los jóvenes luchen contra el desempleo? Marta García es de las que opinan que sí, sin lugar a dudas. “Hace unos años solamente se pedía formación y experiencia. Y ahora, afortunadamente, también se valoran otras cualidades igual de importantes”. Se trata de herramientas básicas y complementarias con la formación académica que se obtienen, en parte, gracias a la experiencia. Es lo que demuestra la campaña de encuentros intergeneracionales del Programa Aprender de la Experiencia, impulsado por la Cámara de Comercio de España. En los encuentros, que se están desarrollando en localidades de todo el país, jóvenes como Marta García y mayores como el exbaloncestista Fernando Romay reflexionan juntos sobre qué puede aportar el talento sénior a las nuevas generaciones. Y viceversa, que los jóvenes vienen muy bien formados.