Por qué cuidar de la boca es un escudo para el resto del organismo
La boca no es un sistema aislado y, por eso, sus enfermedades repercuten en otras partes del cuerpo. En este sentido la Estrategia Mundial sobre Salud Bucal, una iniciativa de la OMS, pone el foco en la importancia que tiene el cuidado de dientes y encías. La prevención aquí es clave, por eso la gama Vitis incluye principios activos con una potente acción que combate eficazmente la placa dental
Un error que cometemos a menudo es el de pensar que la forma en la que cuidamos de nuestros dientes y encías solo tiene importancia para la salud bucal. Pero lo cierto es que las peculiaridades de la boca -tanto anatómicas como microbiológicas o funcionales- hacen de ella un órgano muy singular que, en caso de enfermar, puede repercutir de manera muy desfavorable en la salud del resto del organismo.
No podemos olvidar que, al fin y al cabo, la boca es la vía de entrada a dos de los sistemas que comunican nuestro organismo con el entorno: el aparato respiratorio y el aparato digestivo. Tanto a través del aire que respiramos como de la comida y bebida que ingerimos, entran en la boca todo tipo de microorganismos, y esta peculiaridad contribuye a que la cavidad oral esté colonizada por centenares de cepas diferentes de bacterias, virus y hongos.
Tranquilos: esta colonización, en principio, es positiva. El problema surge cuando se produce una disbiosis, es decir, cuando se altera el equilibrio de los microorganismos que pueblan nuestra boca. Este desequilibrio puede producirse por factores genéticos (hay personas con una mayor predisposición), y también factores relacionados con nuestro estilo de vida: una alimentación inadecuada, consumo de tabaco o una mala higiene bucal. En estos casos, se facilita la aparición de las enfermedades periodontales -gingivitis y periodontitis-, que pueden terminar destruyendo las encías e, incluso, causar la pérdida de piezas dentales.
El Consejo General de Dentistas de España y la Fundación Dental señalan que “una pobre salud oral, con caries y enfermedad periodontal, incrementa el riesgo de enfermedades sistémicas, pudiendo originar complicaciones cardiacas, pulmonares, problemas en el embarazo o empeorar una diabetes
Pero hay mucho más en riesgo: la periodontitis no es solo una enfermedad de la boca, sino que se trata de una enfermedad inflamatoria y, también, sistémica: esto significa que puede dañar otros órganos y elevar el riesgo de sufrir otro tipo de patologías, o de agravarlas si ya las sufrimos. Así, el Consejo General de Dentistas de España y la Fundación Dental señalan que “una pobre salud oral, con caries y enfermedad periodontal, incrementa el riesgo de enfermedades sistémicas, pudiendo originar complicaciones cardiacas, pulmonares, problemas en el embarazo o empeorar una diabetes”. En este mismo sentido, un informe de la Organización Mundial de la Salud, publicado a comienzos de año, alerta de la importancia de la salud bucal como pieza clave de la salud general.
Las otras derivadas
• Diabetes. La enfermedad periodontal y la diabetes tienen una relación bidireccional: por una parte, a mayor severidad de la periodontitis, mayor riesgo de desarrollar diabetes (así como sus graves complicaciones); por otra, se sabe que la diabetes multiplica por cuatro el riesgo de la enfermedad periodontal. Por ello, es muy necesario que los pacientes diabéticos integren en sus rutinas una correcta higiene bucal, en la que utilicen a diario productos específicos para prevenir y reducir las enfermedades de las encías.
• Enfermedad cardiovascular. Como señala la Fundación Española del Corazón, las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de mortalidad en España. En la revisión de las últimas Guías de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC), se ha incluido la periodontitis como factor de riesgo cardiovascular. De hecho, se sabe que las personas con periodontitis severa tienen un riesgo de más de dos veces superior de sufrir un infarto agudo de miocardio; de 4,3 veces más de sufrir un accidente cardiovascular y de 2,3 veces de sufrir una enfermedad vascular periférica.
• Embarazo. El embarazo no es una enfermedad, pero sí un momento de riesgo para la enfermedad periodontal. Todas las embarazadas deben tener cuidado con sus encías: es fundamental que estén sanas porque el sistema inmune del bebé se forma en el periodo de gestación y en el primer año de vida; hay evidencias de que la periodontitis en embarazadas se asocia a partos prematuros, bajo peso al nacer o preeclampsia. Por tanto, es básico que la madre tenga una correcta higiene bucal y utilice productos formulados específicamente para evitar contraer una enfermedad de las encías.
¿Cómo debemos protegernos?
Desde los primeros dientes hasta la edad adulta, el cuidado de la boca equivale al cuidado de la salud. La prevención es clave y, en este sentido, la higiene y el cuidado bucal son una pieza fundamental. Debemos tener en cuenta cómo hacerlo y, además, terminar el cepillado con el uso de un colutorio, en especial si contiene Cloruro de Cetilpiridinio (CPC), un antiséptico con una potente acción antiplaca. Desde Vitis se recomienda el uso diario de pastas y colutorios de Vitis Encías o Vitis CPC Protect, ya que incluyen este ingrediente en su composición.
Las cifras que evidencian el problema
• En el mundo, más de 3.500 millones de personas tienen enfermedades bucales no tratadas, sin que la situación haya mejorado en los últimos 30 años.
• La prevalencia global combinada entre caries, enfermedad periodontal y pérdida de dientes se ha mantenido sin cambios en un 45 %, más alta que cualquier otra enfermedad no transmisible.
• En España, ocho millones de adultos presentan la enfermedad periodontal (1 de cada 3), de los cuales 2 millones desarrollan una periodontitis severa (1 de cada 13 mayores).
• El 33% de los adultos mayores presenta perdida dentaria grave (16 dientes ausentes o más) y el 11% son edéntulos.