Estudiar Historia del Arte: conectar al mundo y proponer nuevos caminos
A través de su oferta educativa integral, el Departamento de Arte de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, uno de los pioneros de América Latina en su tipo, atiende las demandas docentes, investigativas y de difusión del estudio de las artes visuales, con una perspectiva diversa y humana.
Hace 70 años, si bien el panorama artístico de México ya tenía una tradición y dinamismo cimentados y atendidos desde la academia (la investigación estética y del arte en México ya se estudiaban desde la Universidad Nacional), no existía el objetivo de formar historiadores del arte como tal y, mucho menos, de darle cabida a una formación educativa completa, que solventara las necesidades en torno a los diversos campos de acción, creación, desarrollo, gestoría y administración del arte.
Actualmente, el sector cultural que involucra al dinamismo en torno al arte aporta cerca del 3.1% al Producto Interno Bruto (PIB) nacional, hecho que, pese a los desafíos, los embates y las complejidades socioeconómicas y geopolíticas contemporáneas, nos habla también de un ecosistema valioso, vital y productivo tanto a nivel local como regional e internacional.
Desde 1953, la Universidad Iberoamericana Ciudad de México creó un programa educativo y vinculatorio para el estudio de la historia del arte que resultó pionero en América Latina; ha desarrollado una comunidad que conecta y aporta nuevos valores al panorama artístico de México, como una alternativa al discurso oficial, contribuyendo a nuevas propuestas museísticas, conformación de colecciones, prácticas experimentales y demás dinámicas, discusiones y propuestas desde sus planes de carrera, maestría y posgrados en torno a los estudios del arte.
Pese a una percepción imprecisa sobre el desarrollo y evolución artística, en contraste con una serie de mitos y prejuicios en torno a la formación profesional e integral al respecto, (“un nicho cerrado”, “pocas oportunidades”, “precariedad laboral”, etc.) hoy en día el ecosistema del arte es significativamente mucho más amplio y complejo que el de hace tan sólo dos décadas.
Para la Dra. Sara Baz, coordinadora de la Licenciatura en Historia del Arte, las posibilidades de incorporar un plan de estudios integral que desarrolle un perfil del egresado preparado en la mayoría de los ámbitos que implica el trabajo en el sistema artístico actual , desde la administración hasta la curaduría e incluso la producción misma, como lo hace actualmente el departamento de arte de la Universidad Iberoamericana, proviene en buena medida de un trabajo que vino de la práctica multidisciplinaria, muchas veces empírica y exploratoria en sus días más tempranos.
“Soy testimonio de una generación, quizás en cierto modo dogmática o metodológica, enfocada a cuestiones muy particulares, y que al momento de estar en el campo laboral, tuvo que desarrollar justamente esas habilidades que no sólo tenían que ver con el ámbito de un historiador del arte. Nos tuvimos que meter a administrar, a hacer difusión, aprender editorial, trabajar con diseñadores; ampliar nuestra esfera y ser interdisciplinarios. A partir de esta experiencia hemos sumado muchas generaciones que se han decantado en nuestros planes de estudio y que hoy, al iniciar uno nuevo (el Plan Manresa) integramos este desarrollo de competencias que exige el ámbito laboral, entendiendo otros aspectos, como administración y finanzas de las artes, valuación (que es indispensable), manejo de colecciones y exposiciones, con una formación mucho más práctica, que además le quita la carga especulativa”, reflexiona la doctora Baz, quien posee también una trayectoria sustancial en el ámbito de la administración pública en torno al arte.
Tender puentes
El plan de estudios, así como la plantilla docente y el perfil del alumno -quien en palabras del Dr. Alberto Soto Cortés, director y profesor del departamento de arte de la Universidad Iberoamericana, debe ser alguien apasionado por la humanidad y el bienestar social de las personas, además del diálogo, la lectura y el hambre por vivir nuevas experiencias-, dialogan e interactúan de tal forma que lo que se busca es formar profesionales críticos, que puedan aportar nuevos horizontes y soluciones tanto en el ámbito público como privado, desde la administración, la gestoría, curaduría, finanzas, etc., que trasciendan los ámbitos habituales de la práctica artística.
“Hay alumnos que dicen ‘a mí, el mercado no me interesa’, pero aquí conocen cómo opera la industria tanto a nivel nacional como internacional. Y si en determinado momento están en el sector social, van a tener que tender puentes para lograr objetivos. Además, en el tercer semestre tenemos una asignatura en donde se realiza trabajo con comunidades, donde si bien el arte de las bienales o las ferias y galerías se encuentra alejado, eso no implica que no existan expresiones culturales importantes para diferentes sectores, pueblos, ciudades, etc., donde también se requiere que tengan un trabajo comprometido, independientemente a lo que se dediquen también en ese ámbito social”, precisa el doctor Soto Cortés.
De acuerdo con la coordinadora Baz Sánchez, el sustrato nodal de la oferta académica del departamento de arte de la Universidad Iberoamericana es la investigación. “Todos los egresados la saben ejercer. Los formamos para hacer investigación y comunicar esos resultados a todos niveles: pueden hacer un artículo para una revista científica pero también usarla para curaduría, hacer podcasts, impartir y diseñar talleres; tener injerencia social, esa es la base de nuestro programa, atendida en tres seminarios del Área de Síntesis y Evaluación, los cuales se van presentando a lo largo de la trayectoria, teniendo distintas posibilidades de demostrar las habilidades en múltiples salidas”, apunta la coordinadora de la licenciatura de arte de la institución.
Actualmente, la calidad de la oferta educativa del departamento de arte de la Universidad Iberoamericana se encuentra respaldada por diversas instancias y certificaciones a nivel nacional e internacional: está reconocida por el padrón nacional de posgrados de calidad de Conacyt, su licenciatura posee acreditación por parte de los CIEES (Comités Interinstitucionales para la Evaluación de Educación Superior), así como una acreditación de su licenciatura y maestría por parte de uno de los más prestigiosos organismos de escuelas de arte y diseño en los Estados Unidos (EU), NASAD (National Association of Schools of Art and Design), lo que implica que sus estudios son reconocidos con la misma calidad que aquellos que se llevan en colegios y academias de EU.
Respecto al resultado y sustento de esta visión y calidad en constante actualización, el doctor Soto Cortés abunda y ejemplifica: “Cuando platicamos con empresas de distintos sectores, se quedan sorprendidos porque en muchas ocasiones buscan una inercia en sus perfiles, por ejemplo en el ámbito de la administración patrimonial, donde buscan a alguien de perfil administrativo, y que al final no logran solventar las necesidades requeridas porque no tienen a la persona idónea. Gente en medios nacionales que confiesan su desconocimiento de un perfil profesional así de completo, con una comunicación mucho más asertiva en diversos sectores, lo cual también habla de un relevo generacional del empresariado”.
A la luz de un nuevo horizonte, desafiante aunque con mucho trabajo viable por hacer, el cual propone nuevos caminos y soluciones para los desafíos públicos y privados del mundo contemporáneo, la doctora Baz rompe con el mito de la dificultad laboral en torno al ámbito artístico, afirmando que se puede vivir de ello, toda vez que el mundo demanda ampliar, integrar otros saberes y disciplinas.
Para más información, visita https://iberofwd.mx/licenciatura-en-historia-del-arte