6 fotosLa metáfora de América LatinaLa metáfora de América Latina 25 nov 2011 - 17:25CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinBlueskyCopiar enlaceLos pasajeros observan el paisaje, que va ganando en verdes camino de Temuco (capital de la provincia de Cautín, en Chile).BERNARDO PÉREZEscena dentro del tren que parte de Oruco, en Bolivia, una localidad que, a pesar del deterioro de este transporte, todavía entonces latía entre sus raíles.BERNARDO PÉREZ'Estrella del Norte, Estrella del Valle y Estrella del Sur": así llaman los trenes que atraviesan la Argentina más desconocida. En esta entrega desfilaron historias y vidas paralelas al ferrocarril. En la imagen, Guillermo Pérez Biocca con sus hijos por su estancia de Santa María, situada a unos veinte kilómetros de Bahía Blanca.BERNARDO PÉREZEl techo de América está en Bolivia. A más de 4.000 metros sobre el nivel del mar, los bolivianos solo tienen por encima de ellos el cielo, y a sus pies, la mina. Desde 1717, un viejo tren que estaba ya sentenciado cuando se realizó el reportaje, la belleza del paisaje se fundía con la pobreza de sus gentes. Arriba, una familia boliviana recoge sacos de fideos y arroz en la Quiaca (en la frontera con Bolivia), el último pueblo argentino hasta donde llegan cargados los trenes.BERNARDO PÉREZLa estación de ferrocarril de Lima se llama Desamparados, y en verdad que el nombre se ajusta fielmente a la estación, a la ciudad, a Perú entero. El país, que en esa época se balanceaba al vaivén de Fujimori y Sendero Luminoso, estaba empañado por un aire de tragedia infinita. Arriba, una imagen captada en el trayecto de Puno a Cuzco. En el título se ha conservado el original del reportaje.BERNARDO PÉREZEn toda América Latina, nadie sabe de dónde sale el tren ni adónde llega. En Ecuador, además, Maruja Torres y Bernardo Pérez observaron que esta incertidumbre se complicaba con ladrones, descarrilamientos y niños sin hogar. Arriba, un grupo de cazadores, con rifles de carga delantera, viajan sobre el techo del tren para tomar el fresco; el billete costaba lo mismo que si fueran dentro del vagón.BERNARDO PÉREZ