Aprendizaje de combate de los jóvenes en un lugar secreto.ANTON KUSTERSLas manos de un yakuza. Los tatuajes son parte de sus distintivos; la amputación del dedo meñique, el resultado de la aplicación del código de honor de la familia.ANTON KUSTERSLa reunión anual en la que los jefes de todas las familias rinden homenaje a los fundadores de la organización.ANTON KUSTERSUn grupo de reclutas jóvenes descansando tras un día en un campo de entrenamiento.ANTON KUSTERSLos tres jefes de la familia Shinseikai, en una cena tradicional. En el centro, el padrino. La mafia japonesa cuenta con más de 100.000 miembros integrados en 2.500 familias distintas.ANTON KUSTERSLos jóvenes reclutas yakuza, en el momento de meditación que guía cada día el maestro samurái Nikata Sensei a las cinco de la mañana.ANTON KUSTERSNitto-san, un capo de la misma familia, se dirige a la cárcel de Niigata a recoger a dos miembros de la organización que terminan su condena. "Un extraña puede ver lo malo, los rincones oscuros, pero ellos solo ven una cosa: a su familia".ANTON KUSTERSVarios yakuza posan en la entrada de uno de los clubes de Kabukicho, considerado el barrio rojo más importante de Japón. "Ahora los novatos se ensucian las manos mientras la vieja guardia cuenta los billetes".ANTON KUSTERSLa familia Shinseikai, en el distrito de las luces rojas en la ciudad de Tokio. "Creía que eran chalados con armas. Ahora pienso que no es blanco y negro. Hay un montón de grises".ANTON KUSTERS"Ayuda a su imagen que directores como Takeshi Kitano les haya convertido a través de sus películas en tíos normales y corrientes, o que mangas y novelas hayan mitificado su existencia, una existencia al límite."ANTON KUSTERS
