7 fotosMuerte a disparos en una iglesia de MadridMuerte a disparos en una iglesia de Madrid 30 sept 2011 - 18:54CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceCeferina Cuesta, de 47 años, no pudo hacer nada por Rocío Piñeiro, pero sí por el hijo que esperaba. La jefa de guardia del Samur ha explicado que "había que tardar lo menos posible en extraer al bebé para que sufriera el menor daño". "Nuestra máxima prioridad era el bebé ya que no se podía hacer nada por la madre", ha declarado la médica.JUAN CARLOS HIDALGO (EFE)Rocío Piñeiro Oitavén nació en el municipio pontevedrés de Fornelos de Montes, donde reside su familia. Trabajaba en una sucursal de Novacaixagalicia y vivía desde hace tres años a unas calles de la iglesia donde ayer fue asesinada. Junto a ella estaba su madre, que salió ilesa del suceso. Se había trasladado a la capital para estar con su hija en el parto. La fallecida iba a someterse a una cesárea este sábado.PAUL WHITE (AP)Ha sido en este lugar señalizado donde se han encontrado restos de casquillos de balas. Y fue en este pasillo, frente al altar, donde el homicida se quitó la vida de un disparo debajo de la barbilla. Iván Berral tenía una orden de alejamiento de su expareja también embarazada. Vivía en albergues para personas sin hogar, tenía otros siete antecedentes y llevaba una nota de despedida en un bolsillo en la que podía leerse: "El demonio me persigue".JUAN CARLOS HIDALGO (EFE)El padre Francisco Santos Domínguez se encontraba en la iglesia en el momento de la tragedia. Santos, que iba a oficiar la misa, ha explicado a los periodistas que el homicida entró varias veces antes para preguntar la hora de la misa y que mostraba un comportamiento correcto aunque un tanto ansioso. "Disparó sin mediar palabra", según el párroco, con un arma de fogueo manipulada para poder efectuar tiros que llevaba en una funda de pádel.PAUL WHITE (AP)Algunos de los testigos aseguran no haber visto al homicida nunca antes. Otros testimonios sostienen que el perturbado estuvo merodeando por la zona, vestido con unas bermudas y con un sombrero de paja que le cubría la cabeza. El hombre, que portaba una funda de raqueta, entró en un bar próximo a la parroquia en el que tomó una cerveza y preguntó por el horario de misas. Un testigo describe el suceso como un acto de "odio supremo".JUAN CARLOS HIDALGO (EFE)La embarazada se desplomó de inmediato en el suelo de la iglesia entre los gritos de su madre, quien, en estado de shock, repetía a gritos una y otra vez: "Me han matado a mi hija". "Me podría haber matado a mí o a otra persona pero fue a ella directamente", contó Jesús Herranz, un vecino del barrio que estaba sentado detrás de la víctima, en los últimos bancos. Esta mañana se han llevado a cabo labores de limpieza.JUAN CARLOS HIDALGO (EFE)La sanitaria que realizó la cesárea a la fallecida ha destacado la importancia de una formación en medicina de Urgencias para solventar situaciones como las de anoche: "Para ser médico de urgencias tienes que estar formado como cualquier otra especialidad. Llevo 20 años en la calle, y por eso tenía experiencia en hacer cesáreas. Pero si no hubiese tenido esa experiencia no habría sabido hacer la técnica", explica la doctora, que admite que si el médico hubiese sido alguien sin esa formación específica, el niño podría no haberse salvado.