5 fotosMamá AnnaMamá Anna 18 mar 2011 - 18:55CETWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceOvidia Uría y Toni Travé, zapatera e informático, de 47 y 48 años y padres de estos dos chavales de 8 y 6, no tienen problemas de infertilidad. Pero les cuesta tener hijos de forma natural. Acudieron a la reproducción asistida "como una opción más". Y lo lograron. Bernat nació tras una inseminación y un ciclo de fecundación in vitro. Después, Ovidia se quedó embarazada sin ayuda, pero abortó. Entonces decidieron descongelar dos de los embriones que conservaban tras la concepción de Bernat. De uno de ellos nació el travieso Marcel, el congelat para sus íntimos. "Tiene hasta dos mechones blancos del deshielo. A veces dan ganas de devolverlo al frigo", dice su padre. Bromea, claro. El resto de embriones los donaron para investigación.THE UNKNOWN ARTISTMellizos. Niño y niña. Eli Buenaventura y su marido no se lo podían creer cuando nacieron sus hijos hace dos años. Empezaron a buscarlos pronto, a los 28. Pero no llegaban. Diez años después, tras dos procesos de inseminación y cuatro ciclos de fecundación in vitro en otro centro de reproducción asistida, acudieron a Anna Veiga. Fue en el Instituto Dexeus donde, al primer intento in vitro, se produjo el embarazo. Era su última oportunidad. Albañil él y administrativa ella, habían agotado sus ahorros -a razón de "entre 7.000 y 9.000 euros cada vez"- en el empeño. "Ahora estamos locos. Lo mal que lo pasas forma parte de ti, pero se olvida".THE UNKNOWN ARTISTEs tranquilísimo, juran sus padres, pero hoy está revoltoso. Por eso no sale en la foto de familia. Imposible contener tanta vitalidad el tiempo suficiente. No será porque no se hizo esperar. Cinco años y nueve ciclos de reproducción asistida -tres inseminaciones artificiales y seis fecundaciones in vitro- hicieron falta para que Jordi y Lurdes -"con u"-, de 46 y 41 años, lograran ser padres. Necesitaron apoyo psicológico. Pensaron en tirar la toalla. El último intento cuajó hace 20 meses. "Me llamo Lurdes", insiste su madre, "y Max es un milagro".THE UNKNOWN ARTISTLa suya es una familia "plural". Lo dice su madre, Laia de Moragas, economista, de 37 años. Ella y su marido querían ser padres jóvenes, pero lo iban a tener más difícil de lo que pensaban. A su primer hijo, Aleix, lo trajeron de Moscú con 17 meses tras un "largo y duro" proceso de adopción internacional. Hoy tiene ocho años y es el orgulloso hermano mayor de María y Anna, nacidas hace tres después de un "largo y duro" proceso de reproducción asistida. La repetición es de su madre. "Son distintas formas de ser padres, pero los caminos son similares. Una lucha que requiere ilusión, esfuerzo y paciencia. Y una misma recompensa: tus hijos".THE UNKNOWN ARTISTVeiga aprendió a trabajar trabajando. Acudió a los pioneros para aprender sus técnicas, las aplicó en su laboratorio y las divulgó a otros.THE UNKNOWN ARTIST