11 fotosUniones con (MUCHO) arteUniones con (MUCHO) arte 10 sept 2010 - 16:23CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceParece que el fotógrafo los hubiera pillado in fraganti, como a una pareja de atracadores que, años después, volviese a reunir a la banda. (¿A quién diablos estará reclutando Arroyo por el teléfono móvil?). Estos dos artistas llevaban un tiempo largo cada uno a su aire, pero dice Gordillo que, desde la foto, sueña que el payaso a su izquierda le espera en el más allá, con el debe y haber de su vida: "Del susto vuelvo otra vez a la Tierra y a la manía de pintar". Arroyo cuenta que se siente la pareja de hecho del primero: "Somos como dos barquitos flotando entre las olas de ese desorden, ese coñazo del arte contemporáneo". Tras el encuentro, los dos pintores han retomado el contacto. Y ya empiezan a hablar de organizar una exposición juntos. Sería la primera.JORDI SOCÍASHubo una primera comida en la que él le preguntó a ella: "¿Qué puedo aportar yo con esta voz?". Quien ha escuchado a Juan José Millás en la radio habrá notado dos cosas. La primera, que cuenta con una voz atípica en las ondas. La segunda, que esa voz le confiere a su peculiar punto de vista un vehículo aún más peculiar, como si encontráramos a un entomólogo conduciendo una motocicleta con sidecar. "Es un hombre abstracto. Ve la vida desde un lugar paralelo, desde la colina opuesta al resto", dice Gemma Nierga, directora y presentadora del espacio La ventana (Cadena Ser). Millás es su colaborador desde hace una década. Él desde Madrid, ella en Barcelona, fingen riñas y silencios, enhebran y deshilachan la realidad. Ambos suelen cerrar los ojos cuando habla el otro. Más cerca cuanto más lejos. Millás: "Lo que más admiro de Gemma son sus reflejos. Es la primera en sacar el arma. Eso, y su seguridad personal: le gusta que el colaborador brille más que ella".JORDI SOCÍASEstos dos hermanos treintañeros llevan toda la vida juntos. Han dicho en alguna ocasión que compusieron algunos de sus éxitos sentados sobre su cama, el uno frente al otro. Y que de chavales eran "como Epi y Blas", sin especificar cuál era cuál. Entra la duda de si sus camisetas son intencionadas: David, la voz cantante, con el Capitán América; José, la guitarra y el pequeño de ambos, con un dibujo en el que se lee "second" (segundo). La imagen fue tomada a los pies del chalé adosado de sus padres, donde los Estopa tienen un pequeño estudio de grabación. Allí, en la buhardilla, siguen componiendo, como queriendo conservar aquel espíritu de Epi y Blas y camas enfrentadas.JORDI SOCÍASResulta curioso que estas dos actrices se conozcan exclusivamente de compartir sesiones de fotos y no minutos en alguna película. El caso es que encajan juntas, como dos hermanas de las de antes, separadas casi por una generación (se llevan 18 años): una con la melena larga y suelta, y la rebeldía de un vestido remangado; otra con la cabellera corta, recogida y serena. Comparten esa filosofía de vida y trabajo que les empuja a buscar lo que quieren, a rodar lo que quieren, a vestirse y posar como quieren. "Clara es resuelta y muy adulta. Una de esas niñas inteligentes que no basan su carrera en el físico", cuenta Najwa con la voz de telaraña o de agujero negro con la que decía: "Abre los ojos". Clara añade: "Cuando Najwa está en una habitación, tienes que mirarla. Es ese magnetismo suyo, algo energético que te atrapa".JORDI SOCÍASSi recuerdan el programa VIP, es posible que también recuerden a Emilio Aragón mirando hacia lo alto y preguntando: "Dani, ¿vamos a publicidad o no vamos a publicidad?", como si hablara con un ser superior y omnisciente; ese "Dani" era el señor de la izquierda, que, efectivamente, es un creador, la mente detrás de Médico de familia, Periodistas, Los Serrano, Los hombres de Paco o Águila Roja, entre otras series. Luis San Narciso, a la derecha, dice de su jefe, su amigo y presidente de la productora Globomedia: "Es el soñador más despierto que conozco". Él es el director artístico de la compañía, el soldado al servicio del instinto, uno de los directores de casting más prestigiosos. El hombre que pone rostro a las series. Dice Écija: "Luis es historia de la ficción de este país".JORDI SOCÍASSe casaron la cantaora y el torero, poco después de las cinco de la tarde, un 14 de diciembre de 2001 en Granada, y ella coronó la ceremonia con un cante a la Virgen de las Angustias. Estrella tenía 20 años y Javier, que se había consagrado en Las Ventas poco antes, 26. Reunían el arte y el clasicismo, trenzando una crónica como de otro tiempo. Ella contó poco después, en una entrevista en la casa de su padre, el flamenco Enrique Morente: "Me enamoré de él viéndole torear". Igual que sigue diciendo ahora: "Javier es mi vida y mi pasión". Es la segunda vez que posan juntos ante las cámaras de una revista. No suelen dejarse ver. Elegantes y educados, huyen de la crónica rosa. Tienen dos hijos, y la abuela, la bailaora La Pelota, madre de Estrella, suele apresurarse a mostrar las dotes de su nieto varón para el toreo, como dando a entender que la saga continúa.JORDI SOCÍASDecía Pedro Almodóvar hace 18 años: "No debe de ser fácil ser hermano mío". Pero sí ha de resultar satisfactorio; 18 años después, Agustín responde: "Me siento muy afortunado de compartir trabajo y fraternidad con él. Disfruto mucho presenciando todo el proceso creativo que implica escribir un guión y convertirlo en película". Agustín es el hombre que siempre está allí. Hay un cameo suyo en cada película de Pedro desde 1978. Es el hermano pequeño y fascinado, de quien decía el mayor: "Recuerdo siempre a Tinín mirándome". Quienes los conocen cuentan que la independencia del cineasta tiene mucho que ver con la cabeza de su hermano. Agustín es su productor desde La ley del deseo (1987). La mente cartesiana (es químico). La organización. El papeleo. La burbuja que lo recubre y lo protege. La placenta cercana y familiar.JORDI SOCÍASElla escribió pronto su primer poema (a los 13) y lo tituló Abeja Maya, como dándose cuenta de que había puertas que empezaba a cerrar con solo juntar las palabras; él era un bicho raro en Ciudad Real que llegó a Madrid con el puño en alto, sueños de novela y una maleta llena de libros. Se encontraron "en los blogs" unos años antes, mientras construían un mundo paralelo de poesía, comentarios y actualizaciones de madrugada. Decidieron tomarse un café en el Mundo Real, y ahí siguen, en esa bohemia de hoy que combina los ceros y unos, Daft Punk y David Foster Wallace. Ella brilla con la improvisación. Él es el discurso y la estructura. Andan juntos desde hace un año y han escrito a cuatro manos Exhumación (Alpha Decay), un relato sobre la noche y la cultura de club, en la que se ama, se baila y se odia, casi siempre desde la superficie.JORDI SOCÍASOchoa, que es una mujer muy ocupada en su día a día como lady Foster, viajando constantemente y editando libros de arte, envía un correo desde la Biennale de Venecia, "con mucho lío, ruido y gente alrededor", en el que retrata su vida junto a sir Norman Foster. Dice: "Es el hilo conductor de las 24 horas desde hace 16 años. Derrocha toneladas de energía en todo lo que ve, toca, siente o ama". El correo añade unas líneas de Foster sobre aquella doctora Ochoa de los noventa, de quien se enamoró, como ocurre en los mejores cuentos, una noche en un castillo: "¡Elena es irresistible! Con ella nunca te aburres. Le gusta asumir riesgos. No teme a nada ni a nadie. Tengo una vida maravillosa a su lado".JORDI SOCÍASAunque no lo parezca, estos dos vampiros se encuentran tumbados al sol de su terraza y llevan una vida de pareja "muy estándar", según el licántropo tatuado de la derecha: rutina de suegros, comida en casa y siestas frente al televisor. Son la prueba de que es posible compartir trabajo y pareja. Mario representa a Alaska y duerme junto a Olvido Gara. Él es su filtro con la realidad, el animal social. Ella es casera y solitaria, "de ferretería y Leroy Merlin". Se casaron en Las Vegas, después de una primavera torrencial, con el corazón latiendo como el de "adolescentes poligoneros que se escapan de casa". Él dio el primer beso después de un concierto. Ella, quizá, el primer mordisco.JORDI SOCÍASHe aquí una concertista de piano y un tenor con mil rostros, sentados sobre el piano que eligió ella para la casa de él. No son matrimonio ni pareja de hecho, pero han guiado sus pasos por los escenarios en paralelo. Dos amigos y compañeros, de esos que le quitan hierro al mundo de la música clásica. Juntos han coincidido, por ejemplo, en el festival de Robles de Laciana, los llamados Encuentros con Rosa Torres-Pardo que organiza desde hace 13 años el pintor Eduardo Arroyo en su pueblo de León. Ella dice que la foto los refleja tal cual: "Enrique ha desarrollado ese lado teatral y escénico, de actor". Se refiere a sus monólogos y espectáculos de varietés. Rosa, en palabras de Viana, es concentración, constancia y trabajo. Estos días han compartido vacaciones. Iban a descansar, pero enseguida surgió ella con las partituras: "Me he traído un montón de canciones de Brecht...".JORDI SOCÍAS