13 fotosDentro de los Legionarios de CristoDentro de los Legionarios de Cristo 09 jul 2010 - 16:52CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceSeminario de la Legión de Cristo en Salamanca. Un sacerdote reza en su celda. Los legionarios desde el momento en el que ingresan en la congregación no tienen nada en propiedad, salvo el crucifijo que reciben al ordenarse. Por el contrario, Marcial Maciel, su fundador, vivía como un millonario.ALFREDO CÁLIZCapilla de la sede central de la Legión en Roma, a espaldas de El Vaticano. Los religiosos visten sobre la sotana el roquete, una prenda de gala realizada en lino blanco. En las normas dictadas por Maciel se ordena que cada legionario debe rezar tres horas al día. La congregación se enfrenta a su futuro tras los escándalos sexuales y económicos de su guía espiritual.ALFREDO CÁLIZMarcial Maciel quiso bautizar a su congregación Legionarios del Papa. Al final se quedó en Legionarios de Cristo: era los sacerdotes llamados a reconquistar la tierra para Dios. El breviario de oraciones, siempre primorosamente encuadernado en piel, es una de las señas de identidad de la congregación.ALFREDO CÁLIZÁlvaro Corcuera no concede nunca entrevistas. A la fuerza ahorcan. El sucesor de Maciel al frente de los legionarios es un sacerdote de buena imagen y escasa autoridad, al que le tocó bregar con la congregación tras la repentina dimisión del fundador. A sus 52 años, de familiar aristocrática, y muy preocupado por su imagen, su futuro tras la intervención del Papa es una incógnita.ALFREDO CÁLIZLos legionarios solo tienen 15 días de vacaciones al año, y siempre en comunidad. Una vez al mes salen a hacer deporte en los pinares de Ceri, a las afueras de Roma. Hacen deporte con la misma determinación con la que rezan. Su forma física es envidiable. Es una de las maneras para combatir las tentaciones. Tras el ejercicio, unos minutos para el examen de conciencia.ALFREDO CÁLIZMarcela de María, a la izquierda, y Marta Rodríguez, son dos consagradas del Regnum Christi, el brazo seglar de la Legión. Tienen voto de obediencia, de pobreza y de castidad y viven en comunidad. Estas monjas sin hábito de Maciel han sido siempre un cero a la izquierda dentro de la congregación. Su formación intelectual y teológica es menor y siempre tienen un sacerdote por encima. Marta Rodriguez confía en que los nuevos tiempo hagan cambiar el papel de la mujer en la congregación.ALFREDO CÁLIZEl sacerdote Pierre Salabert, minutos antes de oficiar misa en la iglesia de Guadalupe en Roma.ALFREDO CÁLIZEn el seminario de Salamanca cada novicio tiene una mesa de trabajo junto a su celda. No ven la televisión; todo su correspondencia es revisada por sus superiores; no pueden tener libros, radios ni más prensa que la admitida por la dirección del centro, siempre la más conservadora.ALFREDO CÁLIZAlfonso Corona, estadounidense de origen hispano, en su confesionario en Roma. El padre Corona estuvo con Maciel hasta su muerte. Fue el último apoyo de un viejo enfermo y derrotado al que, ante la revelación de sus escándalos, muchos obispos no querían ver en sus dominios. Corona describe una muerte plácida y piadosa del fundador. Otras fuentes hablan de una presencia demoníaca.ALFREDO CÁLIZComedor del Colegio María Madre de la Iglesia, Roma. Las severas constituciones de los legionarios marcan cada aspecto de su vida, desde la forma de vestir y comportarse hasta el modelo de reloj o la forma de poner la mesa. En la Legión los espagueti no se enrollan en el tenedor se cortan.ALFREDO CÁLIZPara evitar las tentaciones de la carne Maciel recomendaba descanso, la contemplación de la naturaleza y la huida de la ociosidad. Sin embargo, él abusó de una veintena de seminaristas menores de edad y tuvo al menos tres hijos con dos mujeres. O el remedio no funcionaba, o se lo saltaba.ALFREDO CÁLIZUn seminarista en la cabina telefónica del seminario de Salamanca. El contacto de los legionarios con su familia se limita a una vez al mes. El contacto directo está siempre a merced de la decisión del superior. El que mira atrás no vale, según se repite en la congregación.ALFREDO CÁLIZUn grupo de legionarios, en la plaza de San Pedro, a finales del mes de junio. Fueron la fiel caballería de Juan Pablo II contra la teología de la Liberación en Latino América; su martillo contra el condón, el aborto, la eutanasia y la reproducción asistida y una eficaz recaudadora para los gastos del papado. Los crímenes de Maciel han destrozado su imagen. Ahora todo es posible, desde una simple reforma hasta la disolución.ALFREDO CÁLIZ