En 2002, Horn tuvo que cancelar una aventura solitaria en el Ártico tras 45 días. Tuvo que ser rescatado tras sufrir congelación en tres dedos del pie, que le fueron amputados. Pero el mal trago no acabó con sus ganas de volver al Polo Norte; de hecho, esta imagen fue tomada durante otra aventura en 2006.BORGE OUSLANDApenas un mes después de serle amputados tres dedos, planificó una nueva aventura al Ártico. La expedición Arktos, más ambiciosa que la anterior, fue un éxito y le llevó a ser el primer hombre en atravesar el Circulo Polar Ártico sin vehículos motoriazados ni perros. Tiró de su trineo durante 20.000 kilómetros en dos años y tres meses en los que vivió temperaturas de hasta 60 grados bajo cero.SEBASTIEN DEVONISHAunque afincado en suiza, Horn nació en Suráfrica hace 43 años y conoce muy bien el hemisferio sur. Una de sus expediciones más conocidas fue la que le llevó el pasado enero al Polo Sur junto al príncipe Alberto de Mónaco.PRESS OFFICE MONACO PALACELa principal fuerza que mueve al aventurero surafricano es concienciar sobre los peligros que corre nuestro planeta. En la imagen aparece en el programa para jóvenes exploradores recogiendo basura en una reserva de tortugas en Indonesia, el pasado mes de octubre.En 2007, Horn construyó un barco, el Pangea, desde el que lleva a cabo la Aventura Panglobal para la Acción Medioambiental. En diferentes etapas, grupos de jóvenes de entre 13 y 20 años se embarcan con Horn y otros profesionales, durante un mes, para vivir los problemas ambientales. Esta fotografía fue tomada en una de las etapas de este espectacular viaje que tuvo lugar en Indonesia, el pasado mes de octubre.Con el Pangea Horn espera recorrer, hasta 2012, 100.000 km con un claro mensaje: "El planeta vale la pena". Desde este barco llegó a Nueva Zelanda en mayo y tras cuatro días de trekking, tomó esta fotografía. El Pangea está construido en aluminio, material más resistente y fácilmente reciclable. Cuenta con motores hidroeléctricos, placas solares, velas fotovoltaicas y ni una gota de pintura, para no dejar huellas en los océanos.Horn cree que el hombre debe ser humilde ante la grandeza de la naturaleza. Pero para salvarla, no cree en los mensajes catastrofistas de gente como Al Gore. "Si cada día te dicen que el mundo se acaba, pensarás que no vale la pena cuidarlo".
