La primera vez que salió de Madrid era un niño. La ciudad estaba cercada por el ejército de Franco en plena Guerra Civil y su familia se trasladó a Valencia, que aún era republicana. En la imagen, Eduardo Haro pasea con su madre.Hijo de periodista, fue redactor del viejo diario Informaciones, corresponsal del mismo en París, director del diario España, de Tánger, en el periodo internacional de esta ciudad marroquí, y también subdirector de la revista Triunfo. En la imagen, recibiendo hace un año el premio Liberpres de manos de Anna Pagans, alcalesa de Girona.PERE DURÁNEduardo Haro Tecglen, en la reunión semanal que mantienen editorialistas, colaboradores y redactores jefes con la Dirección del diario EL PAÍS en la que se deciden y encargan editoriales. Desde hace años escribe una columna diaria que se ha convertido en su marca de identidad.CRISTOBAL MANUELMuchos de sus novelas han tenido por objeto la memoria de la guerra civil, aunque también ha escrito acerca de periodos posteriores, marcados siempre por la melancolía de esa historia colectiva que para él tuvo tintes muy personales. En la foto, de 2001, junto a Carmen Romero durante la presentación de su libro La guerra de Nueva York.EFEAdemás de periodista, Haro Tecglen ejerce de crítico teatral. Sus comentarios tienen fama de duros e inconformistas, caracterizados por una costante sinceridad ante lo que analiza o critica.RICARDO MARTÍNSu obra literaria se inició en 1948 con un libro de poemas titulado La callada palabra. Haro se centró después en el ensayo, con Biografía de Mao Tse Tung, La sociedad de consumo, ¿Qué son las dictaduras? o, más recientemente, Arde Madrid.EFEEl Círculo de Bellas Artes de Madrid concedió el pasado año la medalla de oro al periodista y escritor. El autor de El niño republicano, recordó entonces cómo ansiaba de niño ir a los bailes del Círculo como hacían sus padres en Navidad o en Carnaval. "Eso se acabó en el Círculo, pero esta institución siempre ha sido un centro que buscaba la libertad", dijo.EFEAl cumplir 80 años el Círculo organizó un homenaje al escritor abierto a sus amigos y a sus lectores. Haro no paraba de repetir que se sentía avergonzado: "No encuentro motivo para el homenaje, es algo que me sobrepasa. No hay más que ver a Miret Magdalena, con 90, o a Pepín Bello, con 100, para darse cuenta de que yo soy un bebé y que por tanto no hay razón para la celebración".EFE"Un prodigio de supervivencia", así titularía Haro Tecglen una crónica sobre él mismo. "Soy como el ratón Mickey, en un periódico serio me limito a hacer una gacetilla ratonil, por eso estoy en un agujero" afirmó en su homenaje. Ese día, el de su 80 cumpleaños, su mujer le regaló su página web: eduardoharotecglen.net.SANTOS CIRILO
