6 fotosComprar a cualquier precioComprar a cualquier precio 24 jul 2005 - 00:00CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceNéstor Anaya (26 años), ingeniero industrial. La informática e Internet son su modo de vida. Y le llevan a ser doblemente adicto: a la navegación por la Red y a los objetos necesarios para no quedarse atrás en un campo donde la innovación es constante. "Compro casi compulsivamente gadgets y accesorios informáticos. Porque son parte de mi trabajo, pero también porque quiero estar a la última". Puede pasarse horas y horas embobado en alguna tienda de nuevas tecnologías, y al final siempre pasa por caja. Unos 300 euros mensuales le cuesta mantenerse al día.JOAN TOMÁSCarlos Martín (39 años), miembro del colectivo Consume hasta Morir. Pocos consiguen escapar a la espiral de compras. Carlos lo ha logrado. No recuerda la última vez que fue a una tienda del estilo de las grandes cadenas de ropa. La alimentación la soluciona a través de una cooperativa en la que 36 familias compran a proveedores de comida ecológica. Desde www.consumehastamorir.org, él y otros miembros de Ecologistas en Acción tratan de que la gente tome conciencia de la esclavitud que supone el consumismo. "Es un ejercicio de contrapublicidad, atacar al consumismo con sus propios medios".JOAN TOMÁSRachel Garraffa (30 años), relaciones públicas. Los expertos coinciden en que las mujeres son más sensibles a los estímulos de consumo. "Pocos hombres aguantan mi ritmo de tiendas", admite Rachel. Su territorio son las calles del lujo de Madrid y Barcelona, con su chihuahua Luna como compañera. Un bolso de Prada, unos tacones de Blahnik y unas gafas de Fendi son su idea de atuendo perfecto. Aunque no puede comprar todo lo que quisiera, su gasto mensual no baja de los 300 euros. Ahora ha descubierto Internet. "Encuentras cosas únicas". La cuestión es distinguirse.JOAN TOMÁSAntonio Núñez (29 años), estilista. El consumo ha creado nuevas profesiones, como la de comprador. Antonio se pasa los días de tiendas a la búsqueda del atuendo perfecto para los programas de televisión y demás clientes de la agencia Other Fashion, para la que trabaja. Cinco horas al día de compras. "Desde luego, a uno le tiene que gustar mucho ir de tiendas para dedicarse a esto, y a mí siempre me ha encantado. Cuando me ofrecieron este trabajo no me lo podía creer. Pasarme todo el día eligiendo moda sin gastarme un duro me viene como anillo al dedo".JOAN TOMÁSSara Vila (18 años), estudiante. Una tarde perfecta para Sara transcurre en el centro comercial. Salir de compras "o a ver escaparates y probarme ropa con mis amigas". "Cuando me agobio, me voy de tiendas". Suele gastar hasta 50 euros en compras ocasionales, por impulso. Para ella es como una terapia. "Me siento más relajada y tranquila", argumenta. Aunque comprar también le provoca problemas: "Intento ahorrar, pero me cuesta mucho porque, cuando veo algo que me gusta, temo que se agote y le pido dinero prestado a mi madre para comprármelo".JOAN TOMÁSVega González (47 años), psicóloga. Atiende a una veintena de pacientes con adicción compulsiva a las compras. En los meses de tratamiento es su confidente y consejera, y se enorgullece de que la mayoría de ellos se curan. "Lo peor es que un mal como ése esté tan aceptado por la sociedad, que no produzca rechazo. Ver a una señora con doce bolsas encima no escandaliza; si acaso, se envidia. Eso no ayuda a quien tiene problemas para reprimir sus impulsos".JOAN TOMÁS