La lanzadera rígida, construida en aluminio marino, puede recoger hasta 300 metros cúbicos de fuel. Un par de robots submarinos la acoplan a la válvula, para que vaya hinchando su panza de fuel. Una vez llena, se eleva hasta los 40 metros de profundidad, y allí se acopla una tubería flexible para extraer su contenido hasta el Odín.EFEEl mecanismo de extracción comienza con la realización de cuatro orificios de 70 centímetros de diámetro en el casco; luego se instala en ellos válvulas dobles para regular la salida del fuel y poderlo recoger en la lanzadera. Repsol confía en retirar con este sistema el 90% del contenido de los tanques y eliminar el resto mediante técnicas de biorremediación, microorganismos que devoran el fuel.EFECinco grandes depósitos rígidos o lanzaderas, como la de la imagen, absorberán el fuel a través de cuatro orificios abiertos en los tanques del pecio. El hidrocarburo será almacenado después en el buque Odín. Participan en la operación otros tres barcos: el Polar Prince, desde el que se dirigen los trabajos, y dos remolcadores dotados de equipos anticontaminación por si se produjera algún derrame.EFELa compañía Repsol ha puesto en marcha la operación para rescatar las 13.000 toneladas de fuel hundidas en los tanques del Prestige a casi 4.000 metros de profundidad, que en principio durará cinco meses. El petrolero se fue a pique el 19 de noviembre de 2002 a unos 200 kilómetros de la costa gallega. El coste de la operación, en la que participan entre 150 y 200 personas, es de casi 100 millones de euros.EFE
